Balance del Congreso Católicos y Vida Pública. Respuestas con esperanza - Alfa y Omega

Balance del Congreso Católicos y Vida Pública. Respuestas con esperanza

Rafael Ortega
Don Rafael Ortega, con un grupo de jóvenes, en el XIV Congreso Católicos y vida pública.

El deseo y determinación del Papa de hacer coincidir en el tiempo con el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el comienzo del Año de la fe, nos ha llevado a discernir sobre los nuevos escenarios de carácter social, económico, cultural, político y religioso que han surgido en las últimas décadas, con objeto de transformarlos en lugares de propuesta de anuncio y testimonio de la doctrina cristiana. En este congreso, hemos querido dar respuestas con esperanza. Somos conscientes de que nuestra vocación de laicos es única para llevar la fe a todas las realidades de la sociedad, como reza el manifiesto del congreso. En primer lugar, a la familia, célula primordial y vital de la sociedad, que debe ser protagonista activa de su propio crecimiento y participación en la vida social. En este sentido, consideramos una necesidad social, e incluso económica, ofrecer a las nuevas generaciones la hermosura de la familia y del matrimonio entre hombre y mujer, que es signo verdadero y real de amor y coparticipación, capaz de dar esperanza porque está abierta a la vida. La mesa Familia y educación fue un claro ejemplo.

También hemos querido solicitar a los políticos su compromiso y dedicación a la consecución del bien común, que exige tanto preparación profesional como rigor moral. A los católicos que libremente deciden dedicarse a la realización de ese bien común mediante el compromiso político, les pedimos, además, coherencia con la fe y coraje para dar testimonio de su fe. En este sentido, Viktor Orban, Primer Ministro húngaro, nos habló precisamente de Esperanza y respuesta cristiana a la crisis: «Una Europa cristiana —nos dijo— no habría permitido que países enteros se hundieran en la esclavitud al crédito».

Por supuesto, rechazamos la concepción relativista y positivista de naturaleza y razón que hoy impregna la cultura occidental, donde prima el aspecto funcional, y que relega todas las demás realidades culturales a la condición de subculturas. Esta visión de la realidad es una amenaza para el ser humano en su propia naturaleza, la cual él mismo debe respetar y no manipular a su antojo.

Además, ante al capitalismo financiero que se ha impuesto en la economía occidental, basado en la especulación y el consumismo irracional, defendemos la economía de mercado, herencia del humanismo cristiano medieval y moderno, que considera al hombre en su integridad como autor, centro y fin de la vida económico-social.

Los jóvenes, que tienen que recoger el testigo de la esperanza, nos han dado en este congreso un gran ejemplo con su mesa JMJ, seguimos caminando, en la que 420 de ellos participaron activamente con sus experiencias personales y con la Noche Joven, en la que el arte, el humor y la música hicieron ver a todos que la juventud sana está dispuesta para ese futuro. La experiencia que la Fundación Universitaria San Pablo CEU tiene en el ámbito de la enseñanza, a través de sus universidades, colegios y otros centros, nos permite percibir, por un lado, las inquietudes y frustraciones de la juventud, y, por otro, su enorme deseo de tener auténticos maestros que, con su saber, actitud y testimonio, les ayuden en la búsqueda de la verdad. Por eso, en este congreso hemos defendido una educación donde, a la necesaria formación profesional, se una la preocupación por la persona, y donde la fe y la cultura convivan como realidades indisolublemente unidas, convencidos de que la fe es fermento de cultura y luz para la inteligencia; y hemos proclamado nuestra confianza en el propio ser humano, que, mediante una nueva evangelización de la sociedad, la economía y la política, cimentada en la alegría y la esperanza cristiana, será capaz de redescubrir los valores sobre los cuales construir el futuro de las nuevas generaciones. Éste ha sido el espíritu de este XIV Congreso Católicos y Vida Pública, en el que hemos buscado Dar respuestas con esperanza.