Carlos Comendador: «Los mártires son nuestro mejor fruto» - Alfa y Omega

Carlos Comendador: «Los mártires son nuestro mejor fruto»

Rodrigo Moreno Quicios
Carlos Comendador
Foto: Pontificio Colegio Español San José.

Es desde septiembre de 2023 rector del Pontificio Colegio Español de San José, un centro erigido en Roma en 1892 «para la renovación científica y aun disciplinar del clero español». Por él han pasado «muchos obispos, cardenales y teólogos». En la actualidad residen allí 54 clérigos. Es «una de las cifras más bajas que ha habido», pero sigue permitiendo un intercambio fructífero.

¿Cuál es el origen del Pontificio Colegio Español de San José y con qué objetivo se fundó?
El colegio fue fundado en 1892 por el beato Manuel Domingo y Sol, al que san Pablo VI llegó a llamar «apóstol de las vocaciones sacerdotales». Lo fundó en Roma después de haber fundado en Tortosa, Valencia, Murcia y Orihuela para una mejor formación de los candidatos al sacerdocio en España. Varios países tenían ya su colegio en Roma y España no. Él decía que el colegio es «para la renovación científica y aun disciplinar del clero español»; es decir, no solo bastaba con que tuvieran buenos conocimientos de teología, sino que abordaba la vida de los curas.

¿Por qué lleva a san José en el nombre?
En el año 1870, Pío IX proclamó a san José patrono de la Iglesia universal. Para el primer colegio de vocaciones que el beato Manuel Domingo y Sol fundó en Tortosa en 1873, el obispo le sugirió que pusiera a san José como patrono de esta obra de vocaciones. Después, el beato dijo textualmente: «Bajo su sombra y protección pusimos el único Colegio Español en Roma y nuestra esperanza no ha sido defraudada». Y llegó a decir que «del colegio han de salir los apóstoles de la diócesis de España», con ese espíritu de clara renovación que necesitaba la España del siglo XIX.

¿Cuántos estudiantes hay actualmente y qué tipo de estudios están completando?
Hay 54 colegiales. Es un grupo muy variado. 22 están haciendo el doctorado, 31 la licenciatura y uno está de año sabático. Cursan 17 especialidades; por ejemplo, Teología bíblica, Liturgia, Dogmática… En la Universidad Gregoriana estudian 25, pero también están en el Instituto Bíblico, la Universidad de la Santa Cruz, la Lateranense, la Salesiana, el Angelicum… Hay curas de 34 diócesis, algunos son extranjeros.

¿Qué perfil tienen?
La selección la han hecho los obispos que los envían aquí a estudiar. Buscan candidatos según las necesidades de las diócesis, ya sea para trabajar en la Curia diocesana, para dar clases o para su formación permanente. En cuanto al rango de edad, hay tres grupos bastante equilibrados de entre 17 y 20 miembros: de cero a cinco años de ministerio, de seis a diez y de más de diez. Eso nos permite abordar algunas particularidades de esta etapa de vida.

¿Se nota la crisis de vocaciones?
Somos 54 curas, pero es una de las cifras más bajas que ha habido. El año pasado bajó un poco, aunque sigue siendo una comunidad grande con todas sus ventajas. Me han dicho que, en cuanto al máximo, alguna vez se rondó los 120.

¿Cuáles son los estudiantes más célebres que han pasado por allí?
Del colegio han salido muchos obispos, cardenales, teólogos y personajes de cierto renombre. Pero yo suelo presumir de los mártires. Tenemos una capilla que recoge el nombre de 105 que fueron martirizados en la persecución religiosa en España a partir de 1936. Doce están beatificados; por ejemplo, Diego José Ventaja, obispo de Almería. Decía el fundador del colegio que «saldrían frutos de santidad y en bien de las diócesis de España». Este es nuestro mejor fruto.

Lleva menos de un año como rector. ¿Cuál es el legado más importante que debe mantener? ¿Y qué se tiene que implementar?
El legado más importante es saber que esta institución ha sido querida por Dios. Leyendo el proceso de fundación del colegio, cuando va escribiendo el beato Manuel Domingo va encontrando muchas dificultades y dice que «las superamos porque está inspirado por Dios y para el bien de la Iglesia española». Continuar en esta línea es un gran desafío. En cuanto a las prioridades, en los estatutos se habla de la «configuración con Cristo», es decir, que sea una experiencia de fraternidad sacerdotal. Que vengan curas de otras latitudes y puedan conocer las riquezas de diócesis diferentes.

¿Qué cree que quiere el Papa de instituciones como la suya?
En Roma hay más de 120 colegios y seminarios. Recuerdo que el Papa dijo al Colegio Español en la audiencia que tuvo en 2017 con ocasión de los 125 años que la formación no puede ser solo académica sino un proceso integral; que no se conformen con conseguir el título, sino que sean discípulos. Y en el encuentro que mantuvo hace un año y medio con los curas y seminaristas en Roma los invitó a mantener el contacto con el pueblo santo de Dios para no ser filósofos meramente teóricos que se muevan a nivel de ideología.