En estas semanas de inicio de verano salen a la luz en Estados Unidos dos nuevos libros de autores distintos pero, casualmente, un mismo título: The next Pope. Los publican editoriales católicas norteamericanas que a veces dan la impresión de haber desconectado del Papa Francisco.
Aparte de que no hay síntomas de fin de pontificado sino un Papa que gobierna con más independencia de la Curia vaticana que sus predecesores, los títulos suenan a muchos católicos americanos algo así como la próxima esposa en un matrimonio sereno sin indicios de divorcio.
Cada uno a su manera, los autores de ambos libros pretenden orientar a los cardenales electores sobre a quién deben votar cuando entren en la capilla Sixtina. George Weigel, conocido por su excelente biografía de Juan Pablo II pero también por sus críticas a Francisco, declaraba en un reciente webinar con periodistas católicos que «la Santa Sede sufre serios problemas financieros», hasta el punto de que podría declararse en bancarrota a final de este año.
Edward Pentin, en un tono todavía más tremendista, ha comentado a una publicación italiana la teoría de que «Francisco podría dimitir quizá en julio, pero está esperando a que fallezca antes Benedicto». Según el autor, su voluminoso libro de 704 páginas «es uno de tres proyectos similares, aunque no idénticos, orientados a proporcionar a los fieles un conocimiento completo de los principales candidatos a Papa. Este proyecto en particular nació entre un grupo de fieles que desean permanecer en el anonimato».
En realidad, el disparo de salida para influir en la elección del próximo Papa y, al mismo tiempo, debilitar al actual, fue —como relató «Cónclave de mercado» en esta columna el 11 de octubre de 2018— el lanzamiento del proyecto Red Hat Report, el Informe Birretas Rojas, en la Escuela de Negocios Busch de la Catholic University of America, financiada por el multimillonario californiano Tim Busch en la capital norteamericana.
El equipo contaba entonces con diez antiguos investigadores del FBI, a los que posteriormente se añadieron expertos de la CIA, según reveló el jefe del proyecto.
Ahora se le está dando un barniz académico, con investigadores universitarios de varios países. Se trata de hacer informes, sobre los papables y cada uno de los 120 cardenales electores, para publicarlos en una web americana que pomposamente pretende un «mejor gobierno de la Iglesia».