Argentina llora ante el avance del aborto - Alfa y Omega

Argentina llora ante el avance del aborto

La ley del aborto recibió un exiguo apoyo de los diputados y se debatirá ahora en el Senado. La Iglesia ha participado de forma activa en el debate

José Calderero de Aldecoa
La marea azul llora por la aprobación del proyecto de ley que legaliza el aborto. Foto: Reuters / Martin Villar

La Cámara de Diputados de Argentina aprobó el pasado viernes, 11 de diciembre, el proyecto de ley que busca legalizar el aborto en el país, lo que desató las lágrimas de todo un país. Unos lo hacían de alegría –la marea verde– y otros de pena –la marea azul–, testigos a las puertas del Congreso de cómo el obtenía 131 votos a favor, frente a los 117 votos en contra.

El resultado, que todavía no es definitivo, no va a la par de las encuestas publicadas, que hablan de una mayoría provida en el país. De hecho, el proyecto de ley –que propone el aborto libre y gratuito para las mujeres mayores de 16 años hasta la decimocuarta semana de gestación– ha pasado ahora al Senado, que en el año 2018 ya tumbó una iniciativa similar después de que también fuera aprobada en el Congreso por tan solo cuatro votos de diferencia. La Cámara Alta argentina comenzó con los debates este mismo lunes y se espera un pronunciamiento oficial antes de que acabe el año.

El obispo auxiliar durante su intervención online ante la Cámara de Diputados. Foto: curasvilleros.wordpress.com

Cáritas y curas en el debate

Unos días antes de la aprobación, la Cámara de Diputados quiso conocer de primera mano la opinión de la Iglesia católica al respecto. Los legisladores escucharon las palabras de Andrea Imbroglia, miembro de Cáritas, del sacerdote villero Pepe di Paola, e incluso del obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, tan implicado en la Pastoral en Villas y Barrios Populares que vive en uno de ellos. «En líneas generales, la Iglesia en Argentina es escuchada». Además, «se valora su palabra» porque está refrendada «con el trabajo que desarrolla con los más desfavorecidos», asegura Carrara a este semanario.

Con el aval de su trabajo como vicario de la Pastoral en Villas, el obispo auxiliar se plantó ante los diputados y habló de dignidad. «Traté de poner algunos ejemplos de distintas situaciones en las que la Iglesia católica cuida y defiende la vida» a pesar de las circunstancias, incluso de las más duras. Por ejemplo, «cuando decimos “no al racismo” o “no al gatillo fácil”, cuando pedimos condiciones dignas para los privados de libertad, o cuando levantamos una escuela para los chicos y chicas de los barrios, nos anima la profunda convicción de la dignidad de cada ser humano», que comienza «desde el momento mismo de la concepción», asegura.

Frente a esta postura, monseñor Gustavo Carrara tilda de «arbitraria» la propuesta legislativa de establecer un momento en el que se puede eliminar una vida humana. «¿En qué se basan para no permitir el aborto una vez transcurridas las primeras 14 semanas de gestación, pero consentirlo un día antes de esa fecha?», se pregunta el obispo auxiliar, quien durante su intervención llegó a recordar a los políticos de la Cámara de Diputados que «la costumbre de establecer grados de distinto valor entre los seres humanos de acuerdo con sus características, capacidades o desarrollo, ya ha llevado [en la historia] a las peores aberraciones».

48 %

de los argentinos se opone a la despenalización del aborto, según una encuesta publicada por la consultora Poliarquía.

41 %

está de acuerdo con la despenalización y el 11 % no sabe o no contesta. La encuesta se publicó a principios de diciembre.

«Los hijos son un tesoro»

La intervención del prelado se tuvo que realizar online debido a la COVID-19. «Vivimos un momento en el que se escucha mucho la palabra “libertad”», pero igual de actual es «la desgraciada muerte de tantas personas por culpa del virus», asegura. Ante esta doble realidad, «la pandemia ha puesto de manifiesto las prioridades: no hay libertad sin vida, así que primero va la vida y luego la libertad», subraya Carrara en conversación con Alfa y Omega.

Además, la pandemia «nos ha enseñado a mirar la salud no como un tema personal, sino comunitario. Hoy un joven puede creer que la COVID-19 no le va a afectar, pero puede llegar a infectar a sus abuelos, y estos terminar muriendo». Algo parecido sucede con el aborto. «Ni siquiera aunque aceptáramos que se trata de una cuestión de salud, esta no se puede alcanzar descartando a otra persona. No es humano favorecer a un débil en contra de otro aún más débil».

—¿Qué les diría a los políticos, de cara al debate en el Senado, si hoy también le estuvieran escuchando?

—Les pediría que no me escuchen a mí, que escuchen la voz de la Argentina profunda, que escuchen la voz de los más humildes. Por ejemplo, en líneas generales, para las mujeres de nuestros barrios los hijos son un tesoro y el aborto un drama.

Obispo auxiliar y villero

Fue el entonces cardenal Bergoglio el que invitó a Carrara (en la foto reflexionando ante los medios sobre el aborto en una parroquia de la Villa 21-24) a formar parte del equipo de sacerdotes que atiende la Pastoral en Villas y Barrios Populares. Primero ejerció como párroco y, más tarde, fue designado obispo auxiliar de Buenos Aires. A pesar de su nombramiento episcopal, Carrara no se mudó del barrio y hoy reside «justo encima de un centro de barrio para la atención de jóvenes en situación de calle y que consumen drogas, y muy cerquita también de las misioneras de la Caridad». Uno aprende mucho de la lucha de la gente por vivir bien, asegura, «y también de cómo la fe forma parte de su vida cotidiana».