Amando de Miguel: «Se llama paz a lo que es rendición ante los terroristas» - Alfa y Omega

Amando de Miguel: «Se llama paz a lo que es rendición ante los terroristas»

El caso del mal llamado proceso de paz es un claro ejemplo de perversión del lenguaje, según explica don Amando de Miguel. El sociólogo analiza la situación actual en España. Y relata, también, su triste experiencia en la universidad, donde algunos intentan cercenar su futuro académico como profesor emérito. En Norteamérica, sin embargo, han creado una cátedra a su nombre

María Solano Altaba
Don Amando de Miguel.

¿Qué hay de perversión del lenguaje en el llamado proceso de paz con ETA?
Hay una completa perversión del lenguaje. Se habla de proceso de paz como sinónimo de rendición ante los terroristas. Muchas personas afines al Gobierno esgrimen como prueba en contra las amenazas de los terroristas y la ruptura del alto el fuego. Pero estas últimas amenazas se deben más bien a que son los terroristas los que marcan los ritmos. Al negociar con el Gobierno, han sido reconocidos como sujeto político. Más aún: se permiten imponer sus condiciones y, si no se les satisfacen, amenazan con matar para conseguir sus objetivos. ¿Es eso un proceso de paz? No, no lo es. Es todo lo contrario.

¿Y en las palabras paz y libertad?
Es muy viejo emplear esas palabras fuera de contexto y cambiándoles el significado, incluso para que signifiquen lo contrario de lo que quieren decir. En la época de Franco, se hacía. Cuando se celebraron sus 25 años en el poder, se vendía a bombo y platillo la paz, la paz de Franco, pero también había una dictadura, y no había libertad. Ahora no estamos en una dictadura, pero también se pervierte el uso de la palabra paz.

¿Cómo definiría la situación actual tras el final del alto el fuego?
El problema es muy complicado, porque lo que se proponen los terroristas es literalmente imposible. Podría negociarse alguna medida respecto a los presos, como el acercamiento al País Vasco o ciertas medidas de reinserción… Ahora bien, lo que es innegociable es que un grupo terrorista diga: Yo quiero la independencia de una región y, además, la anexión de otra y la anexión de una tercera de otro país. En una negociación, cuando una de las partes pretende un imposible y encima amenaza con la fuerza, se llega a un punto sin salida.

La politización de la universidad española

El padre de la sociología en España, hasta ahora catedrático en la Universidad Complutense, está a la espera de que se le permita seguir dando clases como profesor emérito. Ese trámite, que habitualmente es inmediato, se ha convertido, en su caso, en una batalla política. Don Amando de Miguel explica lo ocurrido: «De momento, la Facultad ha votado en contra, y el Rector todavía no lo ha firmado. Yo creo que lo firmará; no tiene más remedio que hacerlo, porque no hay ninguna razón para negármelo». La situación para él no es nueva. Ya tuvo problemas en su día al ser nombrado catedrático.

El profesor De Miguel considera que la universidad está tremendamente politizada en España por la presencia de los sindicatos, que ejercen una enorme presión. El poder les sirve «para influir, para mandar, para colocar a gentes que sean afines a ellos. Es evidente que si el Rector ha llegado a ese cargo con la ayuda de un sindicato, tendrá que devolver el favor. Yo te ayudo y tú me ayudas».

El pueblo vasco parece haber asumido esa situación de paz sin libertad…
La han asumido de una forma fatalista, es decir, con un ¡ Qué le vamos a hacer, qué se puede hacer si los políticos que mandan se reúnen con los terroristas…!

¿Y esto cambiará?
Situaciones más difíciles han cambiado. Ahora celebramos 30 años de las primeras elecciones y esto parecía un sueño entonces. No obstante, la situación en el País Vasco se va deteriorando. Es muy curioso que sea una sociedad tan desarrollada y que apenas tenga inmigrantes extranjeros. Están en toda España, pero al País Vasco no van.

¿Por qué?
Porque la situación política es muy incómoda. No digamos si encima los hijos de los inmigrantes se ven obligados a recibir educación en vascuence. En estas condiciones, la gente no quiere ir… Además, aunque la economía marche bien, la sociedad vasca vive hoy de las rentas de la industria; se crean pocas empresas nuevas. Hace 40 años, la Feria de Bilbao era un acontecimiento, y yo ahora no sabría decrir si hay una feria en Bilbao. El aeropuerto de Bilbao es igual que hace 20 años, mientras que el de Barajas se ha multiplicado de manera exponencial. Es una sociedad cada vez más pequeña y en gran decadencia. Esto mismo ha ocurrido también en Belfast, en el norte de Irlanda, una de las regiones más decaídas de Europa, cuando el sur, Irlanda, es hoy una de las más prósperas. Y Belfast fue, en su día, la gran ciudad industrial de la isla.