Alfonso Tapia, misionero en Perú: «Los vicariatos no pueden sobrevivir sin ayuda»
El sacerdote burgalés, ecónomo del vicariato de San Ramón, ha participado en la presentación de la Memoria de actividades de OMP, que revela que el año pasado se recaudaron 400.000 euros más que el anterior
«En la misión las distancias se miden en horas, no en kilómetros», afirma Alfonso Tapia, misionero burgalés que trabaja como misionero y ecónomo en el vicariato apostólico de San Ramón, en Perú. Por ejemplo, desde la sede del vicariato hasta su parroquia hay 277 kilómetros. «Los primeros 200 los hago en cuatro horas»; los siguientes 67 en dos horas y media, «y los últimos diez voy a diez kilómetros por hora», ha relatado este miércoles durante la presentación de la Memoria de actividades de OMP España. Más aún: cada viaje a la capital supone una visita al taller, porque el trayecto le deja destrozados los bajos del coche.
«Por río, la cosa es mucho más complicada». Hace falta contratar un navegante experto que lo lleve a uno en barca. «Hay remolinos que te pueden comer, bancadas donde puedes quedarte atascado… Esto hace que cada kilómetro por río sea cinco veces más caro que por carretera». En general, para una diócesis de misión, con grandes extensiones y comunicaciones muy limitadas, «el gasto en transporte es muy fuerte». E «insostenible» en un territorio sin apenas ingresos, pues «la gente es generosa pero vive pobremente».
Por todo ello, en San Ramón recibieron como agua de mayo el año pasado los 30.000 dólares (27.800 euros) que el Vaticano encargó enviarles a Obras Misionales Pontificias en España. De ellos, 29.000 (26.840 euros) fueron para el funcionamiento ordinario de este vicariato. Una estructura que, como ha explicado Tapia, es una especie de «diócesis adolescente, que tiene muy pocos años, depende directamente del Papa» y le falta de todo: sacerdotes, religiosos, infraestructuras, dinero, parroquias… «No puede salir adelante sin ayuda del exterior».
«Lo que más se necesita son personas»
«Llevamos 15 años trabajando en la corresponsabilidad», ha añadido. «Hay parroquias un poco más grandes, en la ciudad, que pueden sostener su propia pastoral e incluso su obra social, ya que muchas tienen un comedor y un pequeño botiquín para que la gente pueda tener medicinas seguras a un precio más barato». Pero al mismo tiempo ha reconocido que «esto va para largo. No sé si las zonas de selva pasaremos en algún momento a ser diócesis adultas». San Ramón, en concreto, consta de 80.000 kilómetros cuadrados de territorio selvático, y en cuanto se sale de la ciudad el coste se dispara.
Además de la ayuda para el funcionamiento básico, San Ramón recibió el año pasado desde España 1.000 dólares (925 euros) para su Escuela de Evangelización. Se trata de un proyecto de formación de los catequistas, que llevan el grueso de la vida parroquial de muchas comunidades. «Hay gente que para participar en la escuela tiene que pagar 50 euros cada semana» solo para el transporte, aunque «gracias a las modalidades virtuales se ha ajustado bastante». De esa cantidad, «siempre intentamos que aporten algo pero no siempre pueden ponerlo todo».
- 53 % de misioneros españoles son mujeres. Son la mayoría de los 3.512 misioneros religiosos
- Cuatro cardenales y 85 obispos misioneros españoles. Hay además 516 sacerdotes diocesanos y 1.621 sacerdotes religiosos
- 13,08 millones de euros donaron los españoles al Domund en 2022. Fueron 2,92 millones a Infancia Misionera, y 2,36 millones para Vocaciones Nativas
- 103,79 millones de dólares (93,05 millones de euros) envió OMP a la misión a nivel internacional
El vicariato recibe además, de otros países, una ayuda anual de unos 8.000 dólares (7.400 euros). Con este dinero forman a los monitores y niños de Infancia Misionera. Sirve también para que «lo que esos niños comparten para ayudar a otros se multiplique».
En realidad, ha señalado el misionero burgalés, «lo que más se necesita son personas». Cuando él llegó a Perú, en San Ramón solo había 22 sacerdotes. «Cada vez aparece más gente joven con ganas no ya de una experiencia de misión, sino de que toda su vida sea la misión». Esto es motivo de celebración, pero «también es un reto cómo acogerlos». Por ejemplo, cuando llegan misioneros laicos, «hay que buscarles algún trabajito para que tengan unos pocos ingresos» para sus gastos básicos.
Aumentan las donaciones
Durante sus 23 años en Perú, Tapia ha sido «testigo de que la Divina Providencia hace milagros. Pero eso no quita que no nos ayudemos entre nosotros, haciendo real la comunión de los santos».
Afortunadamente, desde España sigue llegando ayuda. En 2022, «gracias a Dios aumentamos en 400.000 euros la oferta que que se ha hecho a la Santa Sede», ha celebrado el director nacional de OMP, José María Calderón. En total, las colectas del Domund, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol recaudaron 18,36 millones de euros. «Varias herencias que nos legaron compensaron las bajadas que hubo en algunas diócesis».
2022 ha sido un año muy intenso para Obras Misionales Pontificias. Por un lado, ha explicado Calderón, en el proceso de remodelación de la Curia romana la Congregación para la Evangelización de los Pueblos se convirtió en la sección para la primera evangelización y las nuevas iglesias particulares, bajo la autoridad directa del Papa y con el cardenal Luis Antonio G. Tagle como proprefecto.
Durante la Asamblea General de directores nacionales de OMP, celebrada la semana pasada en Roma, se entregaron estas cuentas y se votó para distribuir los fondos entre todos los territorios de misión. «A finales de junio empezarán a indicarnos dónde tenemos que enviarlo». En el mismo año, se enviaron a las misiones, de lo recaudado en años anteriores, 18,35 millones de euros, destinados a 959 proyectos.
Descenso de misioneros
Calderón ha recordado que, antes que la ayuda económica, la labor de OMP se centra en promover la oración por las misiones y en «despertar el deseo de la misión en sacerdotes, religiosos y laicos. No hay misión sin misioneros», ha señalado. En este sentido, ha explicado que España sigue siendo «el país con más misioneros»: 10.147 en total, y 6.370 en activo. Perú «el país con más misioneros españoles».
Sin embargo, esos misioneros están descendiendo y son cada vez más mayores, 75 años de media. «Va aumentando el número de familias y laicos». Pero estos «no van para sustituir» a las vocaciones consagradas que faltan, sino «a cumplir su propia vocación» como bautizados. Y, además, en general salen hacia la misión menos misioneros jóvenes que los que se jubilan o fallecen. «Claro que nos preocupa», ha reconocido el director de OMP. Pero «no nos quita el sueño porque confiamos en que Dios nos ayudará».