Akwaba - Alfa y Omega

Akwaba significa bienvenido en la lengua añí, una de las más de medio centenar de lenguas que se hablan en Costa de Marfil. Fue eso, una sincera bienvenida y una inmensa acogida, lo que sentí cuando llegué y todo el tiempo que estuve entre mis hermanos marfileños. Tanto, que el día de mi partida hacia España, solo me consolaba la idea de volver a estas tierras rojizas llenas de danzas.

Dos días después de mi regreso a Tenerife, me encontraba cruzando la puerta del CIE, cuando se me acercó un agente de Policía y me dijo:

—Hace tiempo que no te veía. Llevas un par de semanas sin venir por aquí. Ya los chicos te echaban de menos.

—He pasado el verano con un grupo de jóvenes en una misión en Costa de Marfil.

—¿En Costa de Marfil? ¡Qué casualidad!

Y entonces me comentó que las últimas pateras que habían llegado eran todas procedentes de allí. Lo cual es bastante extraño, pues no suelen venir por la ruta canaria.

—Hay como unos 40 hombres y unas 60 mujeres de Costa de Marfil.

Entre sorprendido e ilusionado, me acerqué al patio donde estaban. Me topé con la reja del patio de las mujeres y les hice señas para que se acercaran. Y así lo hicieron tres de ellas. «Akwaba», les dije. Y aunque son de diferentes etnias, todas saben lo que significa.

Me preguntaron por qué sabía el significado de esa palabra.

—Soy diácono, misionero y hablo un poco el añí. Justo acabo de llegar de Costa de Marfil.

No se lo podían creer. Y confieso que yo casi tampoco.

«¡Mon père, mon père!», comenzaron a gritar. Ante el alboroto, se acercó el resto de las mujeres y los hombres que había en la otra zona del patio. Espontáneamente empezaron a cantar y a danzar con mucha alegría. En segundos había cien personas a mi alrededor cantando, bailando, y abrazándome. A lo que yo respondía mostrándoles en el móvil algunas fotos de mi estancia en Costa de Marfil, para acercarlos un poquito a su tierra. Esa tierra que me acogió y que ahora, de alguna manera, lo volvía a hacer.

Así quiero vivir, acogiendo y siendo acogido. A ellos que llegan y a ustedes que me leen. Akwaba.