After Earth. Un buen film, adulterado por las influencias cienciólogas - Alfa y Omega

After Earth. Un buen film, adulterado por las influencias cienciólogas

Se estrena, no carente de polémica, la última película del siempre controvertido director de origen indio M. Night Shyamalan. Se dice que After Earth tenía ribetes de cienciología debido a la influencia del productor y protagonista, Will Smith, pero la película requiere un análisis más profundo

Juan Orellana
Imagen de la película After Earth.

Shyamalan casi siempre ha sido un director interesante. No sólo por su capacidad de crear atmósferas inquietantes, sino por su forma de tratar la dimensión espiritual del ser humano. En todas sus películas hay un factor metafísico, sutil pero transversal, que genera un halo de misterio palpable y que constituye su sello personal. Todos sus personajes experimentan un arco de maduración a través de experiencias que tienen algo de místico, en un sentido muy laxo del término. El sexto sentido planteaba el conflicto de un niño que podía aliviar las heridas morales de las almas que penaban en el más allá. El Protegido nos hablaba del bien y del mal, no como una lucha abstracta, sino encarnada en dos personajes de rasgos legendarios que se necesitaban mutuamente para cumplir su destino. Señales estaba protagonizada por un sacerdote en busca de su fe perdida. El incidente, El bosque, La joven del agua…, todas sus películas tienen un factor de misterio que es decisivo para que los personajes cumplan su misión en la vida, a la vez que se encuentran a sí mismos.

Relación paterno-filial

After Earth se originó de forma diferente. La película fue concebida desde el principio por Will Smith y pensada para que la interpretara su hijo, Jaden Smith. Cuando el proyecto cae en manos de Shyamalan, éste se pone a trabajar sobre el guión, introduciendo su mirada personal en la medida de lo posible y, eso sí, exigiéndole a Will Smith que protagonizara la cinta junto a su primogénito, haciendo precisamente de padre e hijo en la ficción. Así que la cinta tiene mucho de Smith y algo de Shyamalan, sobre todo la creación de las antedichas atmósferas tan inquietantes como realistas.

El argumento es muy sencillo y la película más sencilla todavía. En el futuro, la especie humana se ha instalado en otros planetas, dada la inhabitabilidad de la tierra. Will Smith es Cypher, un general de los Rangers que viaja a una sencilla misión acompañado de su hijo Kitai, un cadete aspirante a Ranger, que no ha conseguido aprobar la prueba de ingreso. Un accidente ocasionado por una tormenta de asteroides hace que la nave se estrelle contra… el planeta tierra, poblado de animales hostiles al ser humano. La relación entre padre e hijo, que no pasaba por sus mejores momentos, se ve obligada a replantearse, a crecer y madurar en aras de la propia supervivencia de ambos.

La relación paterno-filial es el gran tema de la película. Reivindica la figura de un padre que combine la exigencia con la confianza, y de un hijo que obedezca a la vez que hace su propio camino de maduración. ¿Dónde queda, pues, la cienciología? En la exaltación de la autonomía voluntarista de los personajes.

«El peligro es objetivo, pero el miedo es una elección», es la ética que el padre comunica a su hijo. Todo se consigue con la firme voluntad y el autocontrol. Cuando los personajes están necesitados, se ponen de rodillas, no para rezar, sino para concentrarse y recuperar su autodominio. Esta falsa antropología es la huella de la cienciología en este film. Es una pena, porque la propia relación padre-hijo, tan desarrollada en este film, podría haberse propuesto como la mejor terapia contra el miedo: un que te sostiene en el peligro. Incluso hubiera sido más coherente con el planteamiento global del film.

Otro rasgo cienciológico es la absoluta ausencia de referencias trascendentes, incluso en las situaciones más extremas de los personajes. No obstante estas carencias deliberadas, la fuerza de la trama parteno-filial sostiene suficientemente la película, que se deja ver con agrado, excelentemente interpretada por los Smith, magníficamente fotografiada por Peter Suschitzky –el iluminador de cabecera de David Cronenberg– y con la partitura del incondicional de Shyamalan, James Newton Howard.

After Earth
Director:

M. Night Shyamalan

País:

Estados Unidos

Año:

2013

Género:

Ciencia ficción

Público:

+12 años