Acontecimiento extraordinario

La primera imagen recoge el momento en el que el cardenal Rouco, arzobispo de la diócesis con mayor número de mártires, pide, junto con los demás arzobispos y obispos en cuyas diócesis se incoaron las 23 causas, la beatificación de los 498 mártires de la España de los años 30. «Eran apóstoles y fueron valientes cuando tuvieron que confesar su condición de creyentes», dijo el arzobispo de Madrid. En la ceremonia hubo finalmente representación del Gobierno, al que le honra algo tan simple como saber comprender que no todos los días son beatificadas casi 500 personas de un mismo país.

El día anterior, en la Embajada de España ante la Santa Sede —a cuyo titular, don Francisco Vázquez, vemos junto al ministro de Asuntos Exteriores, don Miguel Ángel Moratinos—, se celebró una cena oficial a la que asistieron 10 cardenales, de España y de la Curia, y los miembros de la delegación oficial. El ministro de Asuntos Exteriores se refirió en el brindis a la plena vigencia de los Acuerdos entre la Santa Sede y el Gobierno español, de 1979. Le respondió, en nombre de la Iglesia en España, el cardenal Rouco.