Víctimas de abusos pedirán al Vaticano que se expulse permanentemente a los curas pederastas
La principal organización mundial de víctimas de abusos eclesiásticos está preparando un documento que presentará al Papa en el que se incluye esta medida, así como la petición de reducir al estado laical a los sacerdotes abusadores
La principal organización mundial de víctimas de abusos eclesiásticos, Ending Clergy Abuse (ECA, por sus siglas en inglés), presentará en septiembre al Vaticano una propuesta para su erradicación, que incluye la petición de expulsar «permanentemente» de la Iglesia católica a cualquier clérigo que haya abusado de un niño o adulto vulnerable, así como su reducción al estado laical, es decir, que quedará impedido para ejercer cualquier ministerio.
Según ha informado en un comunicado esta organización, sus responsables se reunieron en privado la semana pasada con representantes y expertos de la Iglesia católica, entre los que se encontraban el secretario de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, Luis Manuel Alí Herrera; y el director del Instituto de Antropología (IADC) de la Pontificia Universidad Gregoriana, el jesuita Hans Zollner y el jefe de investigación y desarrollo, monseñor Peter Beer.
También asistieron al encuentro la responsable de la página web BishopAccountability.org, que rastrea todos los crímenes de esta índole en la Iglesia, Anne Barrett Doyle; el decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana, el jesuita Ulrich Rhode; o la embajadora de Australia ante la Santa Sede, Chiara Porro, además de otros representantes de la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede y de otras embajadas.
Los encuentros se extendieron durante tres días, del 6 al 8 de junio, y de ellos surgió la propuesta que se presentará en septiembre al Vaticano y que incluye, entre otras, la creación de una agencia independiente con autoridad para llevar a cabo investigaciones y emitir recomendaciones e informes públicos; la obligación de transparencia en todo el proceso; y sanciones severas para cualquier obispo o funcionario de la Iglesia católica que incumpla esta política.
Según el comunicado, recogido por Europa Press, la organización seguirá ultimando el texto oficial de esta propuesta a lo largo del verano con la intención de que se presente antes de la fase final del Sínodo sobre la Sinodalidad del Papa Francisco, el próximo mes de octubre.
«La propuesta, guiada por los principios internacionalmente reconocidos del interés superior de los niños, los jóvenes y las personas vulnerables, está en consonancia con las principales recomendaciones a la Santa Sede del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (CDN) de 2014, las investigaciones patrocinadas por el Estado sobre los abusos sexuales del clero y las organizaciones internacionales de derechos humanos», precisa el comunicado de la organización, que reúne a supervivientes de abusos por parte del clero de todo el mundo.
La presidenta de la junta directiva de ECA, Gemma Hickey, ha destacado que es la «primera vez en la historia de la catástrofe de los abusos por parte del clero que una coalición internacional de organizaciones de supervivientes y sus defensores se unen al principal instituto de la Iglesia católica para la salvaguarda de los niños para respaldar un mandato vinculante y universal de tolerancia cero frente a los abusos sexuales en la Iglesia católica».
Hickey —que también sufrió abusos sexuales por parte del clero— ha declarado que nunca pensó «que vería el día en que los representantes de la Iglesia se unirían a los supervivientes para exigir el fin de los abusos y el encubrimiento».
Al menos 39 víctimas de abusos sexuales por parte de integrantes de la Iglesia católica en Portugal han solicitado una indemnización económica a la institución, que todavía no ha divulgado cómo llevará a cabo dichas compensaciones.
La cifra fue avanzada en Fátima por el grupo Vita, creado en mayo de 2023 por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) para prestar apoyo a las víctimas de abusos sexuales que eran menores de edad o adultos vulnerables en el momento de la agresión, que presentó este martes los resultados de su primer año de actividad. De estos 39 solicitantes, el 72 % son hombres, frente al 28 % de mujeres, según sus datos, que no incluyen las peticiones remitidas a las comisiones diocesanas.
En el primer año de vida del grupo Vita atendió a 64 personas, de las cuales 58 eran menores o adultos vulnerables, que fueron víctimas de alguna persona asociada a la Iglesia católica lusa. De esos 58, el 60,3 % es de género masculino, todos tienen nacionalidad portuguesa y, en el momento de las agresiones, tenían entre 5 y 25 años. El estudio recoge que la mayoría las situaciones abusivas ocurrió en las décadas de los 60 y los 80, habiendo menos agresiones reportadas en los 70 y los 90, una tendencia que se mantuvo hasta la actualidad.