«Se necesitan personas que hablen de Dios en el mundo» - Alfa y Omega

«Se necesitan personas que hablen de Dios en el mundo»

Benedicto XVI ha vuelto a lanzar un desafío a la Iglesia de Occidente al convocar, para 2012, el Año de la fe, una gran iniciativa, dentro de su impulso a la nueva evangelización. Con esta convocatoria, el Papa quiere enardecer la fe de todos los creyentes, especialmente la de los laicos, y llamarlos a la acción y al testimonio público, incluso en las circunstancias más adversas

Jesús Colina. Roma

«El mundo de hoy necesita personas que hablen de Dios», aunque el camino no puede ser fácil, porque «Jesús no ha redimido al mundo con palabras bellas o medios vistosos, sino con el sufrimiento y la muerte». Así lo ha advertido Benedicto XVI, durante el Encuentro de Nuevos evangelizadores, celebrado, el pasado fin de semana, en Roma; un encuentro en el que la gran noticia fue la convocatoria de un Año de la fe, con el que Benedicto XVI quiere dar un impulso fuerte a la nueva evangelización.

Como anunció el Papa, al hacer la convocatoria, durante la homilía de la Misa que presidió en la basílica de San Pedro, el Año de la fe tiene lugar para celebrar el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y busca «dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, de conducir a los hombres fuera del desierto en el que a menudo se encuentran, hacia el lugar de la vida, la amistad con Cristo que nos da su vida en plenitud».

A los 50 años del Vaticano II

El inicio del Año de la fe coincidirá con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y con el Sínodo de los Obispos del mundo, que Benedicto XVI ha convocado en el Vaticano, en octubre de 2012, sobre el tema La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. El año se extenderá hasta noviembre del año siguiente, y será clausurado en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

El anuncio del Año de la fe ha sido la conclusión más relevante del primer encuentro de Nuevos evangelizadores para la nueva evangelización, primera gran convocatoria promovida por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, que preside el arzobispo Rino Fisichella y que Benedicto XVI creó, hace algo más de un año —como él mismo explicó—, para apoyar a la Iglesia, «sobre todo, en su misión en los países de antigua tradición cristiana que parece que se han hecho indiferentes, o incluso hostiles, a la Palabra de Dios».

El Aula Pablo VI, a rebosar durante el Encuentro de nuevos evangelizadores.

Profesar el Credo con la vida

Durante el Encuentro de Nuevos evangelizadores, el Papa anunció un documento —que llegó al día siguiente, con Porta fidei, la carta apostólica en forma de motu proprio, un texto de referencia ineludible hoy, y para el futuro—, en el que explica con más detalle los objetivos que se ha planteado para este Año de la fe.

El Pontífice espera que, «en este año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el credo». Por eso, invita a redescubrir el catecismo, «subsidio precioso e indispensable» para acceder a un conocimiento sistemático de los contenidos de la fe. «Sucede hoy con frecuencia —advirtió— que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común».

Lo que el mundo necesita

En el discurso dirigido a los 12.000 participantes en el Encuentro, en un Aula Pablo VI llena hasta los topes de gente y de entusiasmo, el Pontífice aseguró que «el mundo de hoy necesita personas que anuncien y testimonien que Cristo nos enseña el arte de vivir, el camino de la verdadera felicidad, porque es Él mismo el Camino de la vida; personas que miran, antes que nada, fijamente a Jesús, el Hijo de Dios: la palabra del anuncio debe estar inmersa en una relación intensa con Él, en una intensa vida de oración». Y añadió: «El mundo de hoy necesita personas que hablen con Dios, para poder hablar de Dios. Y debemos también recordar que Jesús no ha redimido al mundo con palabras bellas o medios vistosos, sino con el sufrimiento y la muerte». Por último, el Papa dejó espacio a esta confidencia: «Estoy convencido de que los nuevos evangelizadores se multiplicarán cada vez más para dar vida a una verdadera transformación que el mundo actual necesita. Sólo a través de los hombres y de las mujeres impregnados de la presencia de Dios, la Palabra de Dios continuará su camino en el mundo llevando sus frutos».

Para llevar a cabo ese cometido, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización desarrollará diversas iniciativas. Una de las más destacadas, presentadas en este Encuentro, es la llamada Misión Metrópolis. Esta iniciativa, que se iniciará en Barcelona y en otras 10 ciudades europeas en la próxima Cuaresma (Budapest, Bruselas, Dublín, Colonia, Lisboa, Liverpool, París, Turín, Varsovia y Viena), prevé un conjunto de compromisos en la pastoral ordinaria, especialmente de formación para los laicos, y una serie de actos públicos, que se desarrollarán de forma simultánea para «superar las acciones fragmentarias y dar signos de unidad», como explicó monseñor Fisichella en el anuncio de la Misión, el pasado de julio.

Benedicto XVI bendice a una familia, durante la Misa de clausura del Encuentro de Nuevos evangelizadores.

El abrazo de sor Verónica

Una de las imágenes más llamativas que dejó el Encuentro de Nuevos evangelizadores fue el abrazo que dio sor Verónica Berzosa al Papa, contra toda norma de protocolo. La fundadora de Iesu Communio era una de las ponentes principales, quedando así subrayada la importancia de la vida contemplativa para la nueva evangelización. Iesu Communio, la nueva comunidad de religiosas de clausura que surgió en la localidad española de Lerma, ha asombrado al mismo Vaticano con un boom de vocaciones que no sólo ha atraído a unas 150 religiosas en pocos años, sino que ha acercado a Cristo a miles de personas que han visitado a esta comunidad en Lerma o en La Aguilera.

En el encuentro, en el que se escuchó la voz y el testimonio del tenor italiano Andrea Bocelli, también dio su testimonio Vittorio Messori, el escritor y periodista italiano que, tras haber sido un brillante alumno del agnosticismo y del ateísmo vibrante en los años setenta en Turín, emprendió una investigación sobre Cristo que se convertiría en un best seller mundial con el título Hipótesis sobre Jesús. Quedaba resaltada así otra de las dimensiones de la nueva evangelización: la apologética, que Messori ejerce con profusión a través de sus artículos en prensa e Internet.

Nuevos evangelizadores

En el Encuentro, tomaron la palabra representantes de Iglesias locales, asociaciones y nuevos movimientos, comenzando por don Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación, que mostró cómo toda persona «está plasmada por la comunidad en la que nace», motivo por el cual «la cultura es una dimensión fundamental de la fe», abriendo horizontes sobre la relación entre fe y cultura. El arzobispo de Washington, cardenal Donald Wuerl, pidió que la Iglesia afronte con entusiasmo la labor de evangelizar a los evangelizadores, pues «éstos sólo pueden serlo si tienen una fe profunda». También Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, explicó que, si cada época ha tenido sus desafíos pastorales, en estos momentos ser cristianos significa conformar y dar vida a la comunidad cristiana, pues se es cristiano en comunidad. Salvatore Martínez, responsable de la Renovación en el Espíritu, en Italia, añadió que la comunidad cristiana está llamada «a formar en Cristo nuevos hombres capaces de hacer nueva incluso la política», para «liberar a nuestro tiempo de la multiplicación de las estructuras del pecado». Y el belga Jean-Luc Moens, de la Comunidad del Emmanuel, habló sobre cómo el mensaje que anuncian los católicos, debe hacerse presente en la oración litúrgica y en la participación en los sacramentos. Otra de las intervenciones más aplaudidas fue la del sacerdote Pigi Perini, quien, con su parroquia de Milán, ha creado un nuevo método de evangelización, llamado células parroquiales.

Miles de chilenos, alegres por ser católicos

Unas 50.000 personas se reunieron, el pasado fin de semana, en Santiago de Chile, para participar en la convocatoria La alegría de ser católico, convocada por los jóvenes de la diócesis. Con esta iniciativa —representativa en estos tiempos de nueva evangelización—, se pretendía mostrar públicamente «lo que hay en el corazón de cada católico: la alegría de sentir que Jesús está con nosotros», explicó monseñor Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago de Chile. El Papa envió un mensaje en el que animaba a los participantes «a que el gozo que nace de haber encontrado a Cristo se transforme en fuerza misionera, que toque el corazón de los hombres, suscitando en ellos el deseo de descubrir a Dios y conducir a una vida dichosa según su voluntad».

RELACIONADO