La semana pasada se confirmó la histórica decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de anular la sentencia del caso Roe contra Wade, que en el año 1973 obligó a que el aborto fuera legal en todo el país. Este fallo deja ahora la pelota en el tejado de cada uno de los estados: como detalla Alfa y Omega, algunos ya han aprobado o ultiman leyes en contra de esta práctica, mientras que otros la van a garantizar.
En palabras del presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, esta es una ocasión para reflexionar juntos sobre el valor de la vida y el futuro de la humanidad, pero también para apostar por una mejor formación sexual, por la sanidad universal, por ayudas a la maternidad…
De la noticia de Estados Unidos, muy celebrada por el movimiento provida en España, se pueden sacar dos lecciones: que no hay que tirar la toalla, pensando que la legislación es irreversible, y que hay que sumar esfuerzos. Los católicos no podemos esconder las propias convicciones ni permitir que otros las silencien, pero también debemos encontrar argumentos compartidos con grupos y personas que tampoco están dispuestos a dar una vida por perdida.