Corral de la Morería: «Yo voy contigo, donde tú quieras» - Alfa y Omega

Salgo del espectáculo del Corral de la Morería diciéndole al encargado: «Ha sido un auténtico placer estar aquí». A lo que él contesta: «Cuando un espectáculo tiene calidad, no hace falta ser un experto». Me encanta lo que dice, estoy totalmente de acuerdo. Muchas veces se nos intenta estafar con la excusa: «Es que tú no entiendes…». Estamos en un mundo que parece reservado a los especialistas. ¡Qué estupidez! Para lo bello, todo el mundo sabe lo fundamental.

Ciertamente se pueden crear unas condiciones que favorezcan que lo que sucede en un escenario nos toque al máximo. El Corral de la Morería es un tablao flamenco que recrea un ambiente tradicional. Allí tiene lugar habitualmente un espectáculo de cante y baile dividido en varios cuadros flamencos en los que intervienen artistas internacionales como solistas. Entre los días 28 y 31 de enero de 2013 participó también en el show Jorge Pardo, recientemente galardonado con el Premio al Mejor Músico Europeo 2012 por la Academia Francesa de Jazz.

El tablao es un espacio reducido, de forma que no se precisan grandes focos, ni micrófonos, ni altavoces para salvar las distancias entre los artistas y el público ni para exaltar aquello en lo que fijar la atención sin distracciones. Hay lo que hay, sin truco ni cartón. Esta es la magia: que sobren todas las estrategias, que baste el arte. A los cinco minutos de comenzar el espectáculo, y sin distinción de nacionalidad, el público está seducido, fascinado: cada gesto del rostro del artista, cada manejo de sus manos, cada taconeo de sus pies, cada matiz del sonido es relevante para el conjunto. Nadie quiere perdérselo. Es la gracia en estado puro: no se puede explicar su fuerza. Hay que estar ahí, hay que verlo.

En el cante tiene sabor popular y en él se entremezcla el profundo y característico grito flamenco: «¡Que desgraciaítos son los pasitos que yo daba!», la poesía: «te quejas porque eres morenita y pobre, más morena es la canela y es comida de señores», «tú eres la mar, yo soy la arena, yo voy contigo donde tú quieras», y la fe: «la Virgen del Carmen va navegando, la del rosario».

Cada cantaor tiene su estilo propio. Y también cada bailaora del cuadro es diferente. El arte y la personalidad van de la mano. Esto es aún más patente en el caso de los solistas: José Maldonado e Inmaculada Ortega. Ambos combinan la mejor técnica (¡cuánto trabajo se aprecia en ellos!) con un duende que no se aprende en la academia. Se entregan y el público se hace cómplice de la sensualidad y simpatía que los artistas desbordan: «Yo voy contigo donde tú quieras…».

A la mitad del show, aparece el artista invitado, Jorge Pardo. Llega inesperadamente entre el público, tocando la flauta. Sin dar más explicaciones, nos sorprende con una versión del Amor brujo de Falla, algo muy clásico… y muy flamenco. Interpreta la pieza como si la flauta fuera una orquesta, tantos son los matices y sonidos: se diría que la flauta le entiende y es dócil a quien sabe sacar lo mejor de ella.

Para finalizar el espectáculo, vuelve Jorge Pardo y se une al cuadro en escena: nos demuestra que el saxo, que sabe tanto de jazz, también sabe flamenco. Que no hay límites ni fronteras, que el artista auténtico y genial, como otros revolucionarios, Paco de Lucía, Camarón, abre caminos, indaga, se arriesga. Así se consigue que, al escucharlos en directo, el público tenga la impresión de asistir a algo único, irrepetible, que sucede para él justo en ese momento. Y cada uno se marcha a casa contento, diciendo: ¡qué suerte tuve de estar ahí!

Espectáculo Flamenco. (Artista invitado: Jorge Pardo)

★★★★☆

Teatro:

Corral de la Morería

Dirección:

Calle Morería, 17

Metro:

Ópera y La Latina

Hasta el 31 de enero