Gentes: Mike Schmitz, sacerdote (en Aleteia)
El confesionario es el lugar más alegre, humilde e inspirador del mundo. En él, veo actuar la preciosa misericordia de Dios, el poder transformador de su amor, y me recuerda qué bueno es Dios. Solemos intentar impresionar a los demás en muchas cosas de nuestra vida, pero la Confesión es un lugar donde no tenemos que impresionar a los demás. En el confesionario, el deseo de dar la talla muere. En la Confesión, encontramos a Jesús que nos recuerda: Eres digno de que yo muera por ti… incluso en tus pecados. Cada vez que alguien viene a confesarse, veo a una persona que es profundamente amada por Dios, y eso es todo lo que cuenta.
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