«Ser ciego no me impide hacer nada» - Alfa y Omega

«Ser ciego no me impide hacer nada»

De mayor, Diego quiere ser periodista deportivo. De momento, practica varios deportes y habla de su actividad favorita en la radio

María Martínez López
Diego, este verano. Foto: Archivo personal de José Manuel Prieto

Diego, de 12 años y ciego, es un forofo del deporte. Ha seguido los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y ahora está pendiente de los Paralímpicos, una cita deportiva para las personas con discapacidad que termina el domingo. Él mismo es deportista: practica deportes adaptados en la ONCE, la Organización Nacional de Ciegos Españoles. Ha ganado varias medallas en atletismo y juega al ajedrez y al goalball. En este deporte específico para invidentes –nos cuenta–, se juega tres contra tres y de rodillas. El balón tiene cascabeles y se tira rodando para intentar meterlo en la portería contraria. Los jugadores del otro equipo, guiándose por el sonido, tienen que pararlo.

Diego no solo hace deporte con otros niños ciegos. Está apuntado a judo en su colegio, el Padre Manyanet de Madrid, donde el resto de alumnos sí ven. «Como en judo empezamos agarrados –explica–, noto los movimientos del contrario. No se me da mal. Me voy a apuntar a un polideportivo» para seguir practicando.

Pero su sueño es ser periodista deportivo. Y ya hace sus pinitos: habla de deporte en La hora feliz, el programa infantil de Radio María. Después de una peregrinación al santuario de Fátima, «una amiga que hace un programa en esta radio me invitó a ir». La presentadora de La hora feliz, «me oyó y quiso que estuviera en su equipo. Cuento la jornada anterior de la Liga de fútbol y hablo de la siguiente. También doy noticias de baloncesto, tenis… Ha sido muy importante para mí».

Este joven periodista habla mucho con Jesús: «Le doy gracias por el día y le pido que me vaya bien en alguna cosa. En ocasiones especiales le he pedido poder ver. Pero ya no me importa tanto. Estoy acostumbrado. Además, si viera no tendría a todos los amigos que tengo en la ONCE. Ser ciego es una dificultad, pero yo la he superado y ahora no me impide hacer nada en especial».