7.000 personas sin hogar tras el incendio en Freetown - Alfa y Omega

7.000 personas sin hogar tras el incendio en Freetown

Muchos jóvenes rescatados de la calle y la prostitución vivían en el suburbio de Susan Bay, arrasado por las llamas. Los salesianos piden ayuda para cubrir sus necesidades básicas

Redacción
Foto: AFP / Saidu Bah.

«Lo hemos perdido todo. Salimos lo más rápido que pudimos en cuanto escuchamos los gritos alertando del fuego y estamos en la calle, sin comida desde el miércoles y sin saber dónde ir, porque cuido a mi abuela que es muy mayor», asegura Yaikain, una joven que han acogido los salesianos tras la tragedia.

Freetown, capital de Sierra Leona, sufrió un incendio la pasada semana. El fuego, en el suburbio Susan Bay, ha arrasado más de diez hectáreas y ha dejado reducidas a cenizas más de 500 viviendas de chapa y madera. En apenas cuatro horas las llamas se extendieron entre la madera y los cartones que contienen la mayoría de las viviendas humildes de la zona. Según Misiones Salesianas, «más de 7.000 personas lo han perdido todo, entre ellas, más de 600 menores de edad, chicos y chicas, beneficiarios de los programas socioeducativos que los misioneros salesianos desarrollan en Don Bosco Fambul».

Los salesianos ya han anunciado que tiene sus puertas abiertas. «Los niños, niñas, adolescentes y madres con bebés saben que tienen un lugar seguro al que acudir en Don Bosco Fambul», ha asegurado el misionero salesiano Jorge Crisafulli. «Muchos chicos que habíamos rescatado de las calles y reintegrado con sus familias vivían allí. También muchas menores del programa contra la violencia y para salvarlas de la prostitución sobrevivían hacinadas en esas humildes chabolas», añade. Los salesianos ahora necesitan «ayuda urgente para cubrir sus necesidades básicas». De momento, están trabajando para ofrecer «refugio, ropa, aseo, comida y medicinas a quienes se han quedado sin nada».

Los salesianos ya actuaron así ante otras tragedias, abriendo sus puertas y ofreciendo toda la ayuda a la población más necesitada. Lo hicieron durante la epidemia de ébola, en 2015, para acoger a los menores huérfanos; también en diciembre de 2016, cuando otro incendio en el suburbio Angola Town dejó a cientos de personas sin hogar. Lo volvieron a hacer en agosto de 2017, con los patios salesianos convertidos en el nuevo hogar para decenas de personas durante varios meses cuando un deslizamiento de tierra en la montaña Pan de Azúcar dejó más de un millar de muertos y centenares de heridos y desplazados. Y, por último, lo han hecho durante el confinamiento por la pandemia, acogiendo a decenas de menores.