Cuatro ideas del cardenal Parolin sobre Ucrania, Tierra Santa, la mafia y la Inteligencia Artificial - Alfa y Omega

Cuatro ideas del cardenal Parolin sobre Ucrania, Tierra Santa, la mafia y la Inteligencia Artificial

El exsecretario de Estado de la Santa Sede cuenta con una gran experiencia diplomática y ha realizado a menudo las declaraciones institucionales del Vaticano

Rodrigo Moreno Quicios
Pietro Parolin en la mañana del 7 de mayo durante la Misa 'pro eligendo Romano Pontifice'
Pietro Parolin en la mañana del 7 de mayo durante la Misa pro eligendo Romano Pontifice. Foto: CNS / Lola Gómez.

El antiguo secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, es uno de los nombres que más se repiten entre los vaticanistas cuando hablan entre ellos sobre potenciales sucesores del Papa Francisco. Italiano y de 70 años, cuenta con una extensa experiencia diplomática y, antes de ocupar la Secretaría de Estado, ya fue nuncio en Venezuela entre 2009 y 2013. Junto al arzobispo británico Paul Richard Gallagher, quien era secretario para las Relaciones con los Estados —una figura similar al ministro de Exteriores—, ha sido durante estos años el encargado de reunirse con los políticos extranjeros en el Palacio Apostólico tras charlar con el Papa Francisco. Y también el responsable de redactar la mayoría de los telegramas de condolencias a otros países en nombre del Pontífice tras la muerte de un jefe de Estado o algún desastre natural.

Es por ello que los periodistas especializados en información religiosa le han abordado en numerosas ocasiones en los alrededores del Vaticano cada vez que han buscado una declaración oficial sobre algún conflicto.

«Ser creativos» en la búsqueda de la paz

En julio de 2024, Pietro Parolin visitó Ucrania. Fue un gesto que Volodimir Zelenski le agradeció públicamente a través de las redes sociales revelando que «hemos hablado particularmente de las decisiones de la primera cumbre de paz y del papel del Vaticano en el establecimiento de una paz justa y duradera para Ucrania». Reveló además que había hablado con el secrertario de Estado sobre «las consecuencias de la agresión de Rusia contra Ucrania, el terrorismo aéreo en curso, la difícil situación humanitaria y los resultados de nuestra reunión con el Papa Francisco en junio en Italia», apenas un mes antes.

Por su parte, en entrevista con Vatican News, Parolin reveló que dar la mano durante su visita a las madres de los soldados fallecidos en combate fue «algo desgarrador». «Pensar que una madre todavía joven ha perdido a un hijo de 25 años… no sabes qué decir», confesó. Subrayó la tragedia que supone que «muchos cuyos cuerpos ni siquiera han sido recuperados» y destacó el «deber humano y el sentido cristiano que nos exige dar a los muertos una sepultura digna». La guerra, condenó el purpurado, «deja huellas nefastas en la vida y en el cuerpo de la sociedad».

Finalmente, el secretario de Estado pidió «mantener viva la atención de la comunidad internacional sobre la guerra para que no se convierta en otro conflicto olvidado», garantizar la ayuda humanitaria a Ucrania y ser «un poco creativos» en la búsqueda de fórmulas que puedan ayudar a abrir caminos de paz».

Condena a los secuestros de Hamás y la desproporción de Israel

Otra de las declaraciones más sonadas de este purpurado italiano tuvo lugar el 18 de octubre de 2023. Un día antes de la reunión de Francisco con el Consejo Judío Mundial en el que su líder, Ronald Lauder, le pidió ayuda para la liberación de los niños secuestrados por las milicias yihadistas de Hamás, Parolin sentenció que «como decía san Pablo, es necesario spes contra spem, hace falta esperar cuando no hay más esperanza». 

Durante una conversación con la agencia de noticias ANSA, destacó que «cuando hay razones para esperar es fácil, pero no en este caso; debemos tener esperanza en que se pueda superar este momento tan trágico», añadió. Insistió en «nuestra fuerte condena por los terribles ataques y el secuestro de rehenes por parte de Hamás» y aseguró que «me uno al Papa en pedir que los liberen inmediatamente». «Los actos de violencia y terrorismo no hacen nada para resolver el conflicto entre Israel y Palestina; solo llevan a los inocentes a un gran sufrimiento», sentenció.

Aquella misma tarde, durante una entrevista con el programa Avanti Popolo de la cadena italiana Rai 3, el secretario de Estado reivindicó que «la paz en Tierra Santa solo puede venir del reconocimiento de los derechos de ambos pueblos». Y se reiteró en la fórmula que tanto la Iglesia y como la comunidad internacional piden desde hace años, «dos Estados que vivan con fronteras internacionalmente reconocidas, en paz y con buenas relaciones». A su juicio, «el de los rehenes es un punto fundamental a resolver y la mediación internacional debería ayudar a reducir un poco las tensiones». Y repitió un mensaje que Francisco daba a menudo en sus audiencias generales: «Reconocer el derecho de Israel a una legítima defensa, pero respondiendo a criterios éticos. Por ejemplo, evitando en manera absoluta la muerte de personas inocentes».

«Aquí están los mártires de la justicia»

«Preguntémonos cuál es la peste que envuelve a nuestra ciudad», emplazó el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, durante una visita a Palermo el pasado 15 de julio por el 400 aniversario de la festividad de su patrona, santa Rosalía. Desde 1624 es venerada porque sus reliquias, llevadas en procesión, acabaron con una epidemia en la capital de Sicilia.

Durante una homilía en la catedral de la ciudad, el purpurado italiano elogió cómo en Palermo siempre han existido valientes que «han perseguido la justicia a través de las formas más elevadas de testimonio, hasta el sacrificio de la vida». Y aunque no hizo ninguna referencia explícita a La Cosa Nostra —la mafia local siciliana—, sí recordó que «aquí están los mártires de la justicia, entre ellos el querido Don Giuseppe Puglisi», un beato asesinado en 1993 por los pistoleros de esta banda de delincuencia organizada.

Parolin denunció, aunque con un tono muy medido, cómo en la isla pervive «una mentalidad que a veces puede correr el riesgo de estar reñida con la legalidad». Y, al igual que con Puglisi, sí elogió de forma más frontal a «las numerosas asociaciones que operan en el tejido de la ciudad y están presentes en la zona para ayudar a los ciudadanos». A su juicio, con su ayuda «la Iglesia de Palermo sigue atenta y solícita para favorecer procesos y caminos que promuevan la cultura de la justicia y la legalidad».

«Ninguna máquina debería quitar la vida a un ser humano»

El 7 de noviembre de 2024, durante una conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana junto a la embajada de Suiza, el secretario de Estado de la Santa Sede advertía sobre el riesgo de las armas autónomas y recalcó que es crucial que el hombre «siga siendo quien determine su uso, como responsable último, como garante de los límites necesarios». De acuerdo con sus palabras, «no podemos permitir que la vida y el futuro de alguien sean decididos por un algoritmo».

Esta cita académica —enmarcada en el 75 aniversario de la adopción en Ginebra de la Convención del Estatuto de los Refugiados y del funcionamiento del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados— sirvió para que Parolin recalcara que, «como nos recuerda el Papa Francisco, ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano». Y reveló que la Santa Sede estaba empujando junto al resto de la comunidad internacional un instrumento jurídicamente vinculante» que prohíba las armas autónomas. «Es esencial que la legislación para prevenir sus consecuencias negativas no se retrase más», sentenció entonces.