La cruz está vacía - Alfa y Omega

La alegría está segura en la esperanza de la promesa de la vida eterna que nuestro Señor ha ganado para todos los que creen. Sin embargo, cuando en Jerusalén, la ciudad de la Redención, vemos el sufrimiento de nuestros hermanos cristianos en Egipto, Irak y en otros lugares de nuestra región, nuestra alegría se vuelve más solemne. Nuestra tristeza compite con la alegría de la Pascua mientras vemos la violencia que ha estallado ante las manifestaciones pacíficas del pueblo en todo el mundo árabe estos meses pasados.

Los cristianos observamos en oración los acontecimientos en Oriente Medio. También rezamos para que las reformas lleven a una sociedad civil moderna donde la libertad de expresión, la libertad religiosa y los derechos humanos –incluyendo los de las minorías– sean respetados. Pedimos a todos los creyentes y personas de buena voluntad que busquen la paz, y al mismo tiempo reconocemos que la paz no puede comprarse al precio del silencio y la sumisión a la corrupción y la injusticia.

La violencia nos recuerda que la Cruz de Cristo está siempre presente para los seguidores fieles del Príncipe de la Paz. La crucifixión es una realidad que sigue para muchos de nuestros clérigos y fieles, que siguen intentando vivir con comprensión y cooperación con su próximo.

Instamos a todos los cristianos a rezar por la reconciliación entre los pueblos de Tierra Santa, donde la deteriorada situación hace que la paz y la justicia parezcan mucho más lejanas que nunca. Pedimos a las Iglesias de todo el mundo que nos apoyen dando voz a los que son silenciados, abatiendo muros que nos separan unos de otros, y construyendo puentes de buena voluntad entre los pueblos.

Rezamos por los líderes de las naciones, y por aquellos que se manifiestan por el cambio, para que usen la sabiduría y su mejor juicio para servir a las necesidades de su pueblo, y para que promuevan soluciones pacíficas para el cambio hacia un mejor futuro para todos.

La cruz está ante nosotros día tras día, y está vacía. La nueva vida ha llegado. Cristo ha resucitado. Todos hemos resucitado. Aleluya. Gracias a Dios.

Líderes cristianos de Tierra Santa
Mensaje de Pascua