Hay crisis de trascendencia - Alfa y Omega

Hay crisis de trascendencia

El artista valenciano David López Ribes —pintor, escultor y creador de video-arte— ha recibido el Premio de las Academias Pontificias, otorgado por el Vaticano, en reconocimiento de su labor artística en favor del humanismo cristiano. Es la primera vez que un español recibe este galardón, instituido en 1997 por el Papa Juan Pablo II

Cristina Sánchez Aguilar
El encuentro del artista con Benedicto XVI.

¿Cómo recibe este galardón?
Es un gesto muy especial de mi Madre, la Iglesia, hacia los que ejercemos este ministerio de la belleza. También viene a estimular la creación artística contemporánea de muchos jóvenes que vienen detrás.

Tuvo un encuentro con Benedicto XVI, tras recibir el galardón. ¿Qué mensaje le dejó?
El Santo Padre me felicitó y me dijo: «Ánimo».

El Premio es un claro ejemplo de respaldo de la Iglesia al arte contemporáneo. ¿Se ha sentido siempre acompañado?
He tenido muchos signos, por ejemplo con el Papa Juan Pablo II y su Cartas a los artistas. Yo me encontraba en París, con una crisis gorda, y fue providencial.

¿Ha sido un camino fácil, o difícil?
Emocionante. En el año 2000, en Roma, de vuelta de una exposición en Perugia, vino a verme un crítico importante que me dijo: «Si renuncias al contenido de la obra, te llevo a las mejores galerías de Roma, pero con este contenido ni yo, ni nadie de aquí va a dar la cara por ti». Doce años después, el Papa es quien lo hace.

¿Cuál es el objeto al que se dirige su creación?
Mirando al hombre contemporáneo, encuentras que está inmerso en un proceso de pérdida de la trascendencia, mientras camina hacia la muerte. Intento expresar el valor de cada una de nuestras acciones. Dotar a la imagen de espíritu.

Un fotograma de una de sus instalaciones multimedia.

¿Cómo ha influido en su creación su vida personal?
Yo estoy casado con Beatriz, y fruto de nuestro matrimonio tenemos seis hijos. Vivimos la fe en el Camino Neocatecumenal. Me he encontrado en mi experiencia cotidiana un montón de epifanías de la belleza: la belleza de la vida cristiana, la del perdón, la de la donación…

¿Alguien se ha acercado a la fe, a través de su obra?
No lo sé. La misión del arte es preparar al hombre para el encuentro con Dios. Tenemos experiencias muy bonitas de gente que se plantea cuestiones espirituales a través de la obra: el sentido de la vida, qué significado tiene el Bautismo, si tiene sentido la donación… Y muchos encuentran paz.

Usted es un ejemplo de integración entre arte contemporáneo y fe, pero no es lo corriente. ¿El artista moderno se aleja de la trascendencia?
Está en crisis la vivencia de la trascendencia, y cada artista es hijo de su tiempo. El año pasado, un organismo de gestión cultural ofertó unas becas para producción artística sobre La Cenicienta, porque era su aniversario. Y los jóvenes con mayor potencial creativo trabajaron sobre ella durante todo un año… Con la muerte de Dios, muere la belleza; y con la muerte de la belleza muere el amor. Sólo queda la ironía.

O quizá sea al revés. ¿El arte religioso no se ve reflejado en el arte contemporáneo.
El arte va perdiendo su interés por lo de allí, y cada vez está más interesado por lo de aquí. El Bautismo es la clave: si aparecen cristianos adultos, aparecen médicos que defienden la vida cristiana, artistas, políticos…

Muchos no sabrán lo que es el video-arte…
Pues igual que entendemos el pincel y la pintura como materia artística, ¿por qué no una cámara y el tiempo?

Será la falta de costumbre. No solemos ver en una video-instalación una lectura trascendente.
Pues sí, quizás. Considero que el video tiene muchas posibilidades espirituales. Se trabaja con el tiempo, y en el tiempo se sitúan las acciones.

¿Es que no hay artistas católicos, o es que no se promueve su obra?
El Vaticano está pensando ir este año, por primera vez, a la Bienal de Venecia, veremos qué pasa. A veces, plantarte en ciertos círculos con estas ideas, es como irte voluntariamente al matadero…; pero, si uno es cristiano y no lo manifiesta, esto acaba por confundirle.

¿Falta que los católicos nos acerquemos al nuevo lenguaje cultural?
Hay un sentimiento de desconfianza, en algunos casos justificado. Yo pretendo, mediante un contenido que reconocen, acercarles a un lenguaje probablemente nuevo.