Un año más, los niños ayudan a los niños - Alfa y Omega

Un año más, los niños ayudan a los niños

María Martínez López

El próximo 26 de enero, se celebra el Día de la Infancia Misionera. Este año, la Santa Sede ha decidido recordar el lema con el que nació esta obra de la Iglesia: Los niños ayudan a los niños. La campaña de Infancia Misionera empezó la semana pasada en el colegio de los salesianos de Atocha, en Madrid, y contó con la presencia de Jimeno, un periodista de Cadena 100 que hace un programa con niños. Nada más empezar el acto, se proyectó el vídeo La revolución de Jeferson. Luego, los niños de 3º, 4º y 5º de Primaria participaron en un concurso en el que, distribuidos por continentes, tenían que responder a distintas preguntas. Pero no fue un concurso normal y corriente, porque no hubo ganadores y, a la mitad, Jimeno empezó a mezclar a niños de los distintos equipos. Patricia, de 5º, explica que «querían que nos mezcláramos y que los de unos continentes ayudaran a otros». De esta forma, entendieron cuál es el sentido de Infancia Misionera.

«A mí me gustaría…»

Alejandro (5º Primaria): «No conocía la Infancia Misionera, y hoy he aprendido que, por todo el mundo, hay misioneros ayudando a los niños que no tienen las mismas cosas que nosotros. A mí me gustaría ir a África a construir un colegio».

Laura (4º Primaria): «En clase de Religión ya nos habían hablado alguna vez sobre los misioneros, pero no conocía Infancia Misionera. He aprendido que nosotros podemos hacer mucho por el resto de la gente. A mí me gustaría trabajar mucho y construir comedores y también parques para otros niños».

Patricia (5º Primaria): «Los misioneros necesitan muchas cosas, y todos podemos ayudarlos un poco. Además de construir cosas para otros niños, me gustaría jugar con ellos y darles de comer. No podemos tirar la comida, porque otros niños no tienen».

Lucía (5º Primaria): «Otra cosa que se puede hacer es matar a los mosquitos que transmiten enfermedades como la que mató al hermanito de Jeferson, y enviarles medicinas. También hacen falta misioneros que los bautice y les hable de Jesús».

Al final, don Anastasio Gil, el Director Nacional de Obras Misionales Pontificias, dio las gracias a los niños de Infancia Misionera «en nombre de todos los niños del mundo». También explicó que, «en los días de preparación para la Infancia Misionera, todos los niños podéis uniros a la revolución de Jeferson». Para ello, lo único que hay que hacer es contar qué os gustaría hacer para cambiar el mundo y ayudar a otros niños. Podéis hacerlo con un dibujo, una canción, una redacción o un vídeo, y subirlo a las redes sociales con la etiqueta #Jeferson, #Cambiaelmundo o #InfanciaMisionera; o enviarlo por correo electrónico a infanciamisionera@omp.es

La aventura de Adela

Para Adela y sus amigos, ese lunes era como un lunes cualquiera. Pero la visita de un misionero a su clase lo cambió todo. Lo cuenta en el vídeo La revolución de Jeferson. El misionero les habló de Jeferson, un niño de ocho años que vivía en un país pobre. Sus padres trabajan en el campo y Jeferson y sus cuatro hermanos no van al colegio. Tenían un hermano más pequeño, que se murió porque le picó un mosquito. «Los misioneros les están ayudando, pero necesitan más ayuda, y los niños podemos ayudarlos, ¿no es increíble?», dice Adela en el vídeo.

Las palabras de este misionero se le quedaron muy grabadas a la niña. Durante esa semana, ella y todos los compañeros dedicaron los recreos a ser misioneros. El primer día, visitaron a Jeferson en un avión pintado con tiza. Al día siguiente, le llevaron un poco de ayuda –chuches, algunas medicinas…–. Pero todo eso se acabó en seguida. ¿Qué hacer? Darse ellos mismos: el tercer día, en su viaje imaginario al país de Jeferson, estos niños se convirtieron en médicos, maestros, ingenieros, sacerdotes y misioneros, que montaban una escuela en el pueblo, curaban a los enfermos, celebraban Misa y enseñaban a todos a quererse como Jesús. Por último, entre todos hicieron una colecta para los misioneros. «Querido Dios -reza Adela al terminar la semana-: gracias por esta aventura. Somos tus pequeños misioneros».