Más seminaristas, más sacerdotes, más esperanza - Alfa y Omega

Más seminaristas, más sacerdotes, más esperanza

José Antonio Méndez
Ordenaciones sacerdotales en la catedral de la Almudena, en Madrid
Ordenaciones sacerdotales en la catedral de la Almudena, en Madrid.

A unos días de que se celebre el Día del Seminario 2013, el próximo 19 de marzo, la Conferencia Episcopal Española ha presentado el documento Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI, en el que plantea una renovación de la pastoral vocacional, que implique a todos los bautizados. El documento se presenta justo después de saber que el número de seminaristas y el número de ordenaciones sacerdotales se han incrementado en España, por primera vez desde el año 2001. Como explicó monseñor José Ángel Sáiz Meneses, Presidente de la Comisión episcopal de Seminarios y Universidades, «aunque pasáramos por momentos de gran escasez vocacional, no perdemos la esperanza, porque la iniciativa siempre es de Dios».

Con ocasión del Día del Seminario 2013, que se celebrará el próximo 19 de marzo con el lema Sé de quién me he fiado, la Conferencia Episcopal Española ha presentado el documento Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI, en el que los obispos abordan uno de los grandes retos a los que la Iglesia se enfrenta hoy: la escasez de sacerdotes y la implicación de todos los bautizados en la pastoral vocacional.

El documento, que fue aprobado por la Plenaria de la CEE el pasado mes de abril y ha pasado durante estos meses por diversas fases de correcciones y enmiendas, se presentó un día después de que la Comisión episcopal de Seminarios y Universidades hiciese públicos los datos de seminaristas relativos al curso 2012/2013, y que presentan un saldo positivo: el número de seminaristas (mayores y menores) en España sigue aumentando, y se ha incrementado en un 2,3 % respecto al curso anterior, pasando de 1.278 seminaristas a 1.307, o lo que es lo mismo, 29 seminaristas más. También en este curso ha aumentado en un 6,5 % el número de nuevos ingresos en los seminarios mayores, y se han ordenado 133 seminaristas, 11 más que en el año anterior (un incremento del 9 %). Monseñor José Ángel Sáiz Meneses, obispo de Tarrasa y Presidente de la Comisión episcopal de Seminarios y Universidades, se encargó de resaltar la importancia de estas cifras, recordando que «es la primera vez desde el curso 2001-2002 que aumentan tanto el número de seminaristas, como el de sacerdotes recién ordenados».

Según explicó monseñor Sáiz Meneses, este incremento en el número de vocaciones es fruto «del trabajo de la pastoral vocacional que se lleva a cabo en todas las diócesis», pero también «de la celebración de la JMJ Madrid 2011, pues cualquier JMJ es un momento propicio para que los jóvenes se hagan las grandes preguntas de la vida y encuentren respuestas a la luz de la fe». Además, ante la suspicacia de algunos medios, que intentaron vincular este incremento con los datos del paro para desacreditar las vocaciones sacerdotales, monseñor Sáiz Meneses explicó, tajante, que «el consagrar la vida a Dios en celibato, obediencia y entrega y servicio a los demás es algo tan grande y compromete tanto toda la existencia que no puede ser un refugio para los que no encuentran trabajo».

Además, recordó que el documento Vocaciones sacerdotales para el siglo XXIpara descargar el documento completo pincha aquí— busca que todos los bautizados propicien «un encuentro de cada joven con Cristo, que cambia su vida y la orienta hacia un horizonte nuevo, distinto, con un ideal de altura», conscientes de que «la iniciativa es del Señor, que sigue llamando a hombres concretos para que participen en su sagrada misión». Y concluyó: «Nos ha tocado un tiempo apasionante para vivir el sacerdocio y trabajar en la pastoral vocacional».

Una responsabilidad de todos

El documento Vocaciones sacerdotales para el siglo XXI tiene un objetivo claro: plantear la vida como vocación, no sólo al sacerdocio, sino «a la santidad y al apostolado», a una «identificación con Cristo y una entrega a los demás» que afecta a todos los bautizados, como recordó monseñor José Ángel Sáiz Meneses. Además, el documento aborda cuestiones como estas:

–«Es preciso potenciar la cultura de la vida y la cultura de la vocación para que vayan impregnando el ámbito familiar, para que los matrimonios acojan generosamente el don de la vida y valoren la vocación sacerdotal de un hijo como el mayor regalo de Dios».

–«Para llevar a cabo una renovada pastoral de las vocaciones sacerdotales es fundamental que los sacerdotes vivan con radicalidad su ministerio, ofreciendo un testimonio que exprese las actitudes profundas de quien vive configurado con Cristo y que también se haga visible a través de aquellos signos que manifiestan su identidad».

–«Es necesario mantener clara y manifiesta la identidad sacerdotal y ofrecer a nuestros contemporáneos el testimonio de que somos hombres de Dios, amigos del Señor Jesús, que aman a la Iglesia, que se entregan hasta dar la vida por la salvación de los hombres. Maestros de oración que dan respuesta a los interrogantes del hombre de hoy».