«¿Cómo podéis disparar contra mujeres y niños pertrechados de rosarios?» - Alfa y Omega

«¿Cómo podéis disparar contra mujeres y niños pertrechados de rosarios?»

La Iglesia congoleña denuncia con dureza la violenta represión de las protestas pacíficas contra la pretensión de Kabila de atrincherarse en el poder

Ricardo Benjumea
La policía trata de impedir el paso a un sacerdote y un grupo de católicos en una protesta en Kinshasa, R. D. del Congo el 21 de enero de 2018. Foto: REUTERS/Kenny Katombe

«¿Cómo se puede matar a hombres, mujeres, niños, jóvenes y personas mayores que cantan canciones religiosas y portan biblias, rosarios y crucifijos?». Es la pregunta que dirige al gobierno el cardenal Laurent Monsengwo, arzobispo de Kinshasa, tras la nueva matanza del pasado domingo durante la represión de las marchas pacíficas organizadas por grupos de laicos católicos contra la intención del presidente Kabila de perpetuarse en el poder.

Hay contabilizadas seis víctimas mortales, aunque fuentes locales consultadas por Alfa y Omega aseguran que podrían ser muchas más. Entre ellas se encuentra una joven postulante de las hermanas de la Sagrada Familia, Thérése Deshade Kapangala, que a la salida de Misa en su parroquia, en Kitambo (al noroeste de Kinshasha) se unió a una de esas marchas pacíficas convocadas por el Comité Laic de Coordination.

Durante las protestas, al menos 10 sacerdotes y dos religiosas fueron detenidas por la policía. El clima, según transmite fuentes de Iglesia sobre el terreno, es de «mucho miedo» por la incertidumbre sobre el futuro del país, a lo cual se añade que la inestabilidad política ha provocado situaciones de emergencia humanitaria en algunas zonas .

«Nos dispersaron con gas lacrimógeno, granadas de aturdimiento y balas reales», denunció Monsengwo, comparando las actuaciones policiales con las del 31 de diciembre, una represión violenta que dejó al menos siete muertos. Según el arzobispo de Kinshasha, el Gobierno ha convertido la República Democrática del Congo en una gran «prisión a cielo abierto».

También la Nunciatura Apostólica ha apoyado las críticas de la Iglesia local, como ya hizo tras la represión violenta de final de año. En una nota titulada Parroquias desestabilizadas por la policía, se acusa a las fuerzas de seguridad de disparar con munición real contra manifestantes pacíficos.