«Que el Papa diga a Sudán del Sur y R. D. Congo “sois importantes” dará esperanza» - Alfa y Omega

«Que el Papa diga a Sudán del Sur y R. D. Congo “sois importantes” dará esperanza»

Este jueves, el Papa preside en la basílica de San Pedro una vigilia de oración por la paz en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Monseñor Hiiboro, obispo de este país, afirma que necesitan «ver a cada ser humano como un hijo de Dios»

Redacción
El Ejército y las milicias en Beni, R. D. Congo. Foto: CNS

Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, dos países golpeados por la guerra y los enfrentamientos, necesitan «ver a cada ser humano como un hijo de Dios, sin distinción de tribu, origen, raza, lengua y cultura. Rezamos con el Papa para obtener esa gracia». Así explica a la agencia Fides monseñor Barani Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio y presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán del Sur, la iniciativa de Francisco de convocar, este jueves por la tarde, una vigilia de oración por la paz en los dos países.

La vigilia tendrá lugar en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, pero también se unirán a ella muchos fieles desde Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. En este último país, por ejemplo, el cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa, ha invitado a todas las parroquias a celebrar oraciones simultáneas a la misma hora, las cinco y media de la tarde (hora romana y española).

La religiosa de Jesús-María Judith Pereira Rico, asociada a la dirección de la iniciativa Solidaridad con Sudán del Sur, explica que con esta convocatoria «queremos que los sursudaneses y los congoleños sepan que hay personas fuera sus países que rezan por ellos».

Solidaridad con Sudán del Sur es una iniciativa de las uniones de superiores y superioras religiosos, y ha sido uno de los canales para hacer llegar al país más joven del mundo la ayuda del Papa. Tras su independencia de Sudán en 2011, Sudán del Sur se embarcó en un conflicto étnico que ha hecho que millón y medio de habitantes hayan huido de sus hogares.

Por su parte, la República Democrática del Congo vive desde febrero una situación de revueltas y gran inestabilidad, por los fallidos intentos de que el presidente Joseph Kabila abandone el poder y convoque las elecciones como prometió en diciembre de 2016. En este contexto, se está produciendo también una oleada de ataques contra la Iglesia.

«La población de estos dos países martirizados se sienten de hecho abandonada por todos. Queremos devolverles la esperanza y la dignidad. Que el mismo Papa les diga “sois importantes para la Iglesia universal” es un mensaje fuerte de esperanza y ánimo», afirma sor Judith.

Esta convocatoria puede dar un impulso a las mismas «semillas de esperanza» que hay en ambos países: «las mujeres, los jóvenes y las diversas realidades de la sociedad civil que están implicados en la pacificación», concluye la religiosa.