Euntes: arranca la misión diocesana en La Rioja
La diócesis riojana, capitaneada por su obispo Carlos Escribano, propone un itinerario de cuatro años, fundamentalmente, para evangelizar a los ausentes y alejados de la Iglesia
El próximo 17 de noviembre, en la plaza de toros de Logroño, se dará el pistoletazo de salida de la misión diocesana de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño bajo el lema de Euntes, que es una de las últimas palabras de Jesús antes de ser elevado al cielo [«Euntes in mundum universum praedicate Evangelium omni creaturae», o lo que es lo mismo, «Id a todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura»]. Es el encargo de Jesús, la misión confiada a los apóstoles y, a través de ellos, a todos sus hermanos: ir, salir a anunciar el Evangelio; no dejar un rincón de nuestra tierra sin la Buena Noticia del amor que Dios Padre derrama sin medida sobre todos sus hijos.
Por todo ello, ese día, se darán cita en Logroño, una representación de todas las parroquias de los municipios de La Rioja, que vendrán con las imágenes de los santos patronos y patronas acompañadas por las ricas manifestaciones artísticas y culturales de su localidad, grupos de danzas, dulzaineros, bandas de música y de tambores.
Un acto histórico que nunca se había realizado en la comunidad y en el que se espera la participación de más de 5.000 riojanos. Acto que constará de una Eucaristía que comenzará con el himno de la misión, compuesto por Enrique Vázquez, creador de Firmes en la fe de la JMJ del 2011, entre otros, y cuya letra es del vicario general de la diócesis, Vicente Robredo, interpretado por seis corales y un coro de niños. Un total de 250 voces, dirigidas por el director del coro sinfónico de La Rioja, José Luis Barrio Bastida. Al finalizar el acto, dará comienzo la procesión por las calles del centro de la capital riojana de las 60 imágenes hasta ahora confirmadas.
La misión se comenzó a trabajar el pasado mes de enero, cuando el obispo de la diócesis, Carlos Escribano, publicó la carta pastoral «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio», donde invita a todo el Pueblo de Dios a una conversión pastoral, pone a la Iglesia en La Rioja en un estado de misión permanente y la envía a evangelizar, contando con una rica herencia recibida y un rico presente y destacando los tres escenarios donde se debe desarrollar la misión.
Los destinatarios
En primer lugar, aquellos cristianos que, estando inmersos de algún modo en la vida de la Iglesia, no han descubierto todavía el potencial evangelizador al que les anima su bautismo. Este es el escenario en el que transcurre de modo habitual en la pastoral ordinaria. En segundo lugar, aquellos que han pertenecido a la Iglesia pero que, por diversas circunstancias, se han separado de la misma. Participan ocasionalmente de la Eucaristía (fiestas, funerales…) pero no están vinculados afectiva ni efectivamente a ninguna comunidad cristiana. En tercer lugar, los ausentes. Aquellos hombres y mujeres totalmente alejados de la Iglesia, para quienes el hecho religioso no tiene relevancia.
La carta concluye con un capítulo dedicado a la fuerza de la oración, donde el prelado anima a comenzar la tarea misionera rezando y a prolongar la plegaria durante todo el desarrollo de la misión. Es por eso, que desde la diócesis se crea una oración en una estampa junto al Cristo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Logroño, escultura del logroñés César Orrico, cuya imagen presidirá el acto del 17 de noviembre y acompaña desde los inicios de la misión. Se han imprimido más de 15.000 estampas que se han repartido por toda la región. Se ha tenido presente esta oración en las celebraciones de cada parroquia, movimientos y asociaciones. Junto a ellas, ha ido acompañada el logo de la misión con imanes de nevera y piruletas. Un logo que lleva las huellas de unos pies, en cuyo interior serpentea un camino del que brota una vid, y que culmina en la cruz. Esta imagen colgará de todas las parroquias de Logroño, en grandes lonas, durante los cuatro años que durará la misión.
Este curso se trabajará la sensibilización, a través de la que se pretende explicar, concienciar e ilusionar al Pueblo de Dios y comenzar a crear espacios de encuentro con los alejados y ausentes. Para los siguientes años se deja la formación de los discípulos misioneros, la fe en la calle y la posmisión.
Santiago Ruiz Gómez
Logroño