Recorre el mundo en vespa para combatir las enfermedades olvidadas - Alfa y Omega

Recorre el mundo en vespa para combatir las enfermedades olvidadas

Un trabajador de la Universidad de Navarra José Antonio Fernández recauda 250.000 euros en su última aventura, un viaje en Vespa a Dakar para llevar medicamentos a un hospital

José Calderero de Aldecoa
Foto: Blog de José Antonio Fernández

José Antonio Fernández (JAF) entró en el Vaticano por la puerta de acceso de los trabajadores y tardó hasta 45 minutos en superar los numerosos controles dentro del país más pequeño del mundo. «Los guardias no se creían que un tío con una vespa llena de pegatinas fuera a ser recibido por el Papa», relata en tono jocoso el motero a Alfa y Omega. «Al final un chico me vio de lejos, me dijo que me acercara y me situó junto con mi moto al lado del altar donde Francisco pronuncia su catequesis en las audiencias generales».

La vespa de JAF estaba aparcada ahora a escasos 50 metros del Santo Padre, pero para llegar hasta allí había rodado por carretera más de 1.500 kilómetros desde Pamplona para recibir la bendición papal. Con su visita a Bergoglio, Fernández también pretendía difundir internacionalmente su proyecto Vespa Extreme-Wheels for Life, con el que viaja por el mundo para trata de conseguir fondos para la investigación de enfermedades olvidadas que lleva a cabo el Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra (ISTUN) —el Instituto se creó en 2011 para investigar enfermedades que afectan a países en vías de desarrollo—.

«Queríamos divulgar el proyecto y desde la agencia de comunicación MundiNova escribieron al Vaticano para ver si el Papa nos podía recibir». El secretario del Pontífice «contestó enseguida y nos dijo que sí, que podíamos participar» en la audiencia general de los miércoles. «Se lo agradecí mucho pero no estaba dispuesto a hacer un viaje tan largo por carretera para estar con otras 8.000 personas. Así que le dije que no, que o me bendecía la moto o que no iba». El secretario escribió una segunda carta para confirmar que tendrían un pase especial para JAF y la moto, y que serían recibidos por Francisco.

A solas con el Papa

Así, al concluir la audiencia general, el Papa se acercó al motero. «En la plaza había miles de personas». Además, «estábamos rodeados de fotógrafos, cámaras de televisión, periodistas… pero era como si él estuviera a solas conmigo. Fueron dos minutos, pero me escuchaba como si no tuviera nada más que hacer en su día. Fue impresionante. Tenía una sensación de que me estaba prestando absoluta atención a lo que le estaba diciendo».

Francisco se interesó sobre todo por el carácter solidario de la aventura. «Se alegró mucho de que el proyecto se dirigiera a gente sin recursos y luego me dijo: “solo te voy a pedir una cosa. Que reces por mí, y por mis intenciones, durante el viaje”».

Pamplona-Dakar-Pamplona

Poco después de la bendición papal, José Antonio Fernández arrancó de nuevo su moto y puso rumbo a Dakar. 10.000 kilómetros por asfalto, dunas e incluso a través de las aguas del estrecho de Gibraltar —que cruzó gracias al ferri—, sin ningún tipo de apoyo logístico, para llevar medicamentos al Hospital Center University Aristide Le Dantec.

De aquella experiencia, JAF se volvió con miles de anécdotas y 248.000 euros conseguidos para el ISTUN, que «también se dedica a formar gente en destino. Forma a profesionales sanitarios que viven y trabajan en los países donde se dan estas enfermedades».

40.000 kilómetros solidarios

La próxima aventura solidaria en vespa para recaudar fondos conducirá a Fernández, que trabaja en el Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Navarra, hasta Mongolia.

A través de parte de Europa, Turquía, Georgia, Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán, otra vez Kazajistán, de nuevo Rusia y luego ya Mongolia, el motero recorrerá cerca de 40.000 kilómetros solidarios durante los meses de julio y agosto de 2018.