Weiler, doctor honoris causa por la Universidad CEU San Pablo. «Salid a la calle» - Alfa y Omega

Weiler, doctor honoris causa por la Universidad CEU San Pablo. «Salid a la calle»

Ricardo Benjumea
Un momento de la investidura del doctorado honoris causa al profesor Weiler en la Universidad CEU San Pablo.

Su nombre se hizo famoso cuando publicó uno de los alegatos mejor argumentados a favor de que se mencionaran las raíces cristianas en el preámbulo del proyecto de Constitución Europa. Pero es que, además de judío observante, Joseph Weiler es uno de los más reputados constitucionalistas en Norteamérica, e insiste en que hubiera actuado igual si los discriminados hubieran sido los hijos de la Ilustración. Siete años después, varios Gobiernos han acudido a él, en su apelación contra la Sentencia de Estrasburgo que rechaza la presencia de crucifijos en las aulas públicas.

La cuestión no son ni sus filias ni sus fobias personales: «Apoyaría que un alumno ateo en un colegio inglés no quisiera cantar el himno Dios salve a la reina, porque se trata de una plegaria. Pero ese alumno no puede impedir que el resto sí lo haga, en una sociedad que se define a sí misma también en esos términos religiosos. Esto es lo preocupante de la Sentencia Lautsi, que impone una determinada concepción religiosa».

En la sentencia, una sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos da la razón a una madre de origen finlandés que denunció a un colegio público italiano por exhibir un crucifijo, aduciendo que vulneraba su libertad religiosa. «En nombre de la lucha contra la discriminación, se pueden acabar cometiendo graves discriminaciones», alerta Weiler. Y más grave aún: se pretende imponer cierto tipo de ciudadanía europea desde arriba: el buen europeo debe ser laicista. Pero «la democracia se sustenta en el demos. Sin demos, no hay democracia».

Joseph H. H. Weiler es, entre otras cosas, director del Centro Jean Monnet de Estudios europeos e internacionales de la Universidad de Nueva York y profesor del College d’Europe, de Brujas. En 2003, publicó Una Europa cristiana (ed. Encuentro), con lo que sufrió en sus propias carnes su diagnóstico acerca de la discriminación contra los cristianos en el Viejo Continente: dos importantes editoriales italianas rechazaron el libro por el título, «porque no correspondía a su línea editorial». En Alemania, un conocido editor consideró ese título ofensivo.

El profesor Weiler sigue creyendo en el proyecto europeo, aunque advierte que, «como el Golem, puede volverse en contra de su creador, y terminar cultivando la intolerancia y el pensamiento único». Pero Weiler responsabiliza también a los cristianos de esta situación: «Sois un grupo muy importante en la sociedad europea, y no deberíais avergonzaros de lo que sois, ni conformaros con defender sólo vuestros propios intereses. Os habéis vuelto corporativistas, en lugar de salir a la calle a dar testimonio y a anunciar lo que creéis que es bueno para toda la sociedad».

El momento es confuso. Las sociedades europeas han cambiado mucho en las últimas décadas; cuestiones elementales para la convivencia que parecían ya zanjadas se han reabierto…

«Es una buena ocasión para los cristianos», considera Weiler. «Es bueno que se abran algunos de estos debates, porque esto fuerza a las personas religiosas a reexaminar sus convicciones. Y así les da la posibilidad de contribuir mejor al debate público. El problema es que, por propia comodidad, a veces habéis renunciado a hacerlo».