Una Rusia que no existe pero no ha desaparecido - Alfa y Omega

Una Rusia que no existe pero no ha desaparecido

Ricardo Ruiz de la Serna

Antony Beevor (Londres, 1946) no necesita presentación en España. Los lectores lo conocemos no solo por el libro que dedicó a la Guerra Civil española (Crítica, 2005), sino por su ciclo de monografías acerca de las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial —Stalingrado, Berlín o El día D, entre otras—. No obstante, otro de los intereses de nuestro autor ha sido la historia de Rusia y la Unión Soviética. Si en el pasado se interesó por la literatura con El misterio de Olga Chejova (Crítica, 2004) y Un escritor en guerra. Vassili Grossman en el Ejército Rojo, 1944-1945 (Crítica, 2006), ahora se adentra con Rusia. Revolución y guerra civil, 1917-1921 (Crítica, 2022) en el laberinto de aquellos años que, parafraseando a John Reed, «conmovieron al mundo».

Lo primero que hay que decir es que Beevor es un narrador estupendo. El relato propiamente dicho —nada menos que 589 páginas— es ameno y ágil a la par que exhaustivo. De formación militar en la academia de Sandhurst, el autor nos toma de la mano para acompañarnos por las complejidades operativas, logísticas, políticas, económicas y sociales de un periodo complejísimo y terrorífico.

Estructurado en cuatro partes —que corresponden a los años 1912-1917, 1918, 1919 y 1920— y 40 capítulos, Rusia. Revolución y guerra civil, 1917-1921 da cuenta del descenso al caos de la autocracia zarista, que en cierto modo resultó inesperado. El belicismo se extendió y precipitó al imperio en el conflicto europeo.

A partir de ahí, el libro nos lleva a las fronteras orientales y occidentales rusas. Acompañamos a los ejércitos blancos en su lucha contra una revolución que parece siempre a punto de venirse abajo, pero que mes a mes se va fortaleciendo. Primero resiste, después avanza y finalmente triunfa. Estas páginas están llenas de anécdotas asombrosas, pasajes memorables y personajes tremendos. No faltan Lenin ni Stalin, ni Von Wrangel, ni Kolchak, ni Ungern von Sternberg.

Gracias a un estilo erudito pero dinámico, el lector asiste a los acontecimientos más de un siglo después de sucedidos: «En la noche del 26 al 27 de octubre [de 1917], Lenin se dirigió a una asamblea abarrotada, reunida en el antiguo Instituto Smolny para Doncellas Nobles. Fue la sesión de clausura del segundo congreso de los sóviets de toda Rusia. El aire era casi irrespirable por efecto del humo del tabaco majorka, del sudor corporal y de la falta de oxígeno; pero el entusiasmo era más poderoso que el sueño». Así, nos cuenta la fuga de Kerenski, a quien los cosacos estaban dispuestos a entregar a los bolcheviques, «disfrazado como un marino (no especialmente convincente)».

Si usted se preguntaba qué pasó después de las jornadas de octubre de 1917, Beevor se lo cuenta: «En Petrogrado y Moscú el registro de apartamentos en busca de armas y oficiales no tardó en convertirse en saqueos con permiso oficial. […] Los guardias rojos, los marinos y los soldados no vacilaban en dar el alto por la calle a cualquier ciudadano bien vestido para exigirle que les entregara la ropa».

Los blancos huyeron a Kiev y a los territorios que los bolcheviques aún no controlaban. En 1918, «la ciudad estaba tan desbordada por la llegada de las clases altas que era imposible encontrar una habitación se pagara lo que se pagara. Los antiguos cortesanos del zar daban las gracias si encontraban un sillón en el que dormir». Todo fue, al final, insuficiente para vencer a los bolcheviques. Los blancos acabaron derrotados y «algunos, llevados por la desesperación absoluta, se arrojaron contra los guardias con las manos desnudas y los abatieron en el acto».

Se trata de una obra extraordinaria que atrapará al lector y lo llevará a una Rusia que ya no existe, pero que tampoco ha terminado de desaparecer.

Rusia. Revolución y guerra civil, 1917-1921
Autor:

Anthony Beevor

Editorial:

Critica

Año de publicación:

2022

Páginas:

680

Precio:

24,60 €