Una religiosa francesa cumple 117 años tras vencer a la COVID-19

Una religiosa francesa cumple 117 años tras vencer a la COVID-19

«No tuve miedo porque no tengo miedo a morir», afirma sor André Randon, hija de la Caridad y la segunda persona más longeva de Europa

Redacción
Foto: AFP

Sor André Randon fue institutriz de la familia Peugeot. Ha vivido dos guerras mundiales y conocido a diez papas. Y al cumplir este jueves 117 años, la persona más longeva de Europa (y segunda del mundo) puede presumir de haber vencido al coronavirus hace pocas semanas.

El 16 de enero esta hija de la Caridad dio positivo en la residencia en la que vive en Toulon, al sur de Francia. «Ni siquiera me di cuenta de que estaba infectada», aseguró en declaraciones al periódico local Var Matin. David Tavella, portavoz de la residencia explicó al mismo diario que la hermana André no tenía miedo del virus, aunque sí mostró preocupación por la salud de los otros residentes y por si sus horarios de acostarse o de comer iban a cambiar. «No tenía miedo», confirmaba ella, porque «no tengo miedo a morir». En cambio, reconocía que sí le costó estar aislada.

Según explicó a Vatican News al cumplir 116 años, su «felicidad diaria reside en que todavía puedo rezar». Atribuía además el secreto de su longevidad a que «cada día tomo un poco de chocolate». En su entrevista con Var Matin, sin embargo, ya manifestaba su esperanza de que «el buen Dios no sea demasiado lento para hacerme esperar. Está exagerando…». Recientemente, reconocía que anhela especialmente reencontrarse con su hermano mayor y sus abuelos.

Toda una vida

Lucile Randon, su nombre secular, nació en 1904 en Alés, en el seno de una familia protestante. A los 12 años entró a trabajar en casa de una familia en Marsella. Cuatro años después, la familia Peugeot la contrató como institutriz para sus hijos durante un par de años. A continuación trabajó 14 más para otra familia.

Durante ese tiempo, hizo un retiro espiritual en la casa de las Hermanas de Nuestra Señora del Cenáculo, y experimentó una fuerte conversión. Se bautizó en 1923, con 19 años. A lo largo de las siguientes décadas su vida de fe se fue profundizando, hasta que fue discerniendo la llamada a hacerse religiosa.

Cuando en 1944 entró en las Hijas de la Caridad para hacer el noviciado en la comunidad de la calle Bac, de París, tomó el nombre masculino de André en honor a su hermano. Era una forma de compensarle por la gran sorpresa que se llevó él al conocer la noticia.

Al servicio de huérfanos y ancianos

En 1945, al poco de ingresar, fue destinada al hospital de Vichy, donde pasó 28 años atendiendo a huérfanos y ancianos. También estuvo seis años haciendo los turnos de noche de otro centro de su congregación en La Baume-d’Hostun, en el departamento de Droma. Después de décadas atendiendo a los demás, ahora está ciega y solo puede moverse en silla de ruedas.

Sin embargo, y a pesar también de que «ya me gustaría estar en otra parte», este jueves nada le va a impedir disfrutar de la pequeña fiesta que, con todas las medidas de seguridad necesarias, le han preparado en la residencia. También «me alegra estar aquí con todos». Sor André, además de la persona más longeva de Europa, es la segunda del mundo, solo por detrás de la japonesa Kane Tanaka, nacida el 2 de enero de 1903.