Una práctica de amor a Cristo que por mí va a la Pasión - Alfa y Omega

Una práctica de amor a Cristo que por mí va a la Pasión

Pablo Cervera Barranco

¿Qué es el Vía Crucis? –me preguntaron recientemente–. Respondí con el título de una obra de san Alfonso María de Ligorio: «Una práctica de amor a Jesucristo». Ésa es la clave: no es una devoción más, ni algo que toca en Cuaresma o Semana Santa. Lo que anima esta práctica, lo que da alma verdadera, es el amor a Jesucristo que, «por mí, va a la Pasión» (san Ignacio de Loyola), hacia el Calvario. Pero el centro ni siquiera es el amor del que realiza esta práctica o ejercicio: es el amor de Aquel a quien seguimos; es un Corazón divino-humano que, a modo de motor, arrastra hacia Él «dándonos ejemplo para que sigamos sus huellas (1Pe 2, 21). No cabe ser espectador. Ningún fruto se recabaría con esa actitud. La clave es que soy protagonista de esa historia, de ese caminar doliente. Y, aunque el Vía Crucis no es un sacramento, muchas veces me ha parecido como si encerrara una gracia ex opere operato (independiente de la actitud del sujeto), por la imponente fuerza que encierra en sí mismo. Práctica de amor a Jesucristo que se convierte, para el que se hace protagonista de la historia, en gracia de amor redentor personal: «Me amó y se entregó a la muerte por mí» (Gál 2, 20). Los santos son los que mejor han caminado tras las huellas de Cristo (1Pe 2, 21), imitándole en el gozo y en la cruz. Este Año de la vida religiosa, convocado por el Papa Francisco, nos brinda la ocasión para que, de la mano de estos testigos privilegiados del Señor, nos dejemos atraer por el Corazón de Jesucristo, que por cada uno de nosotros va a la cruz. La riqueza de los textos de los santos está avalada por la garantía de santidad de sus vidas.

La iconografía de este Vía Crucis

La imágenes del Vía Crucis incluidas en estas páginas corresponden al Vía Crucis de Vrhpolje, que se encuentra en la iglesia de los Santos Primo y Feliciano: Župnijski urad Vrhpolje, Vrhpolje 30 – 5271 Vipava, Eslovenia, que ha tenido la cortesía de permitir su reproducción. Fue realizado en noviembre de 2013 por el padre Marko I. Rupnik y el equipo de artistas del Taller del Centro Aletti. La imagen de la 15ª estación es Cristo resucitado, de la iglesia del Beato Claudio, Chiampo (Italia), junio-agosto 2012.