Una maestra para vivir la misericordia radical - Alfa y Omega

Una maestra para vivir la misericordia radical

José Antonio Méndez
'Santa Teresa y san Juan de la Cruz llegan a Valladolid', en 1568 (Atrio del Palacio natal de Felipe II, en Valladolid)
Santa Teresa y san Juan de la Cruz llegan a Valladolid, en 1568 (Atrio del Palacio natal de Felipe II, en Valladolid).

Aunque aún está por confirmar que sea en noviembre de 2014 cuando empiece el Año de la Vida Consagrada, lo más probable es que esta convocatoria discurra de forma paralela con el Año del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, que tendrá lugar de octubre de 2014 a octubre de 2015. Una coincidencia providencial, pues, como explica el padre carmelita Antonio González, Secretario General de la Comisión para el V Centenario, «el testimonio de santa Teresa de Jesús presenta elementos muy necesarios para la vida religiosa de hoy». Y ojo, porque las palabras del padre González no son un intento de aprovechar una coincidencia de dos eventos, sino que abruma lo necesario que sería que algunas congregaciones y Órdenes siguiesen el ejemplo de la santa, tanto en la vida comunitaria como en la personal. Por eso, y de forma no exhaustiva, el padre González destaca algunos de estos elementos:

• «Teresa propone la vida en comunidad, la vivencia de la verdadera fraternidad, como una escuela para amar como ama Jesús. Y encarnar ese amor a los hermanos de comunidad en virtudes humanas como la discreción, la humildad, evitar crear bandos… Ella recomendaba: Aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer».

• «Es una maestra de oración, como una relación personal, interior y sincera con Cristo. Ayuda a ser contemplativos aunque se sea de vida activa. El camino de la oración es fundamental para cualquier católico».

• «Nos ayuda a vivir con sentido eclesial y apostólico. Su vocación arranca de un planteamiento personal, pero, desde su experiencia de enamorarse de Cristo, profundiza en el sentimiento eclesial. Ayuda a ir identificándose con Cristo, y por tanto con su obra: la Iglesia y su labor evangelizadora. Teresa lleva a Cristo, y Cristo no nos encierra en nosotros: nos anima a entregarnos a la Iglesia y a la evangelización».

• «El planteamiento que hace a los religiosos, sobre todo en Camino de Perfección (libro muy recomendable para cualquier religioso y, sobre todo, para leer desde la comunidad), es muy exigente, pero desde la experiencia de la misericordia de Dios, de la humanidad de Jesucristo y de Dios que nos acompaña en nuestras debilidades. Enseña que la santidad es un camino exigente, pero que merece la pena, porque lleva a la plenitud, a no ceder ante egoísmos, complejos, miedos… La vida en Cristo y para Cristo, que es vida en la Iglesia y para evangelizar, para darse a los demás, es un camino de verdadera liberación».

Por último, el padre González explica que los actos del V Centenario, que fueron presentados la semana pasada a la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal por el obispo de Ávila, monseñor García Burillo, aunque aún están por detallar, buscarán una triple renovación para los religiosos: «Renovación del camino personal, de la vocación de cada consagrado, que no consiste en estar libre de defectos, sino disponible para Dios; renovación del aspecto comunitario, porque, en una sociedad individualista, una comunidad que viva el amor fraterno es un testimonio de Dios; y renovación de los carismas, para recuperar lo original, porque un carisma siempre nace de una lectura del Evangelio que subraya determinados rasgos de Cristo para responder al mundo. Lo importante del Centenario es llegar a Cristo a través de santa Teresa, para arraigarnos en Él y vivir con radicalidad la unión con Él».