Una eternidad de huevo y pan tostado - Alfa y Omega

Una eternidad de huevo y pan tostado

Maica Rivera

Tras su debut novelístico en 2020, impulsado por Netflix, este bestselleriano canadiense vuelve a las andadas. Trae otra inquietante historia protagonizada esta vez por una anciana llamada Penny, que se siente «muy vieja y muy sola», y ve discurrir los días monótonos en el apartamento en el que lleva viviendo más de 50 años, rodeada de objetos pasados de moda —vinilos, tiestos vacíos, álbumes de fotos…— que la hunden cada vez más en ese pasado compartido con el artista fallecido, que fue su compañero sentimental durante décadas.

Inapetente, apenas se alimenta de sopa roja y galletitas saladas. Lenta, torpona, le duele la rodilla artrítica, sufre accesos de tos al mínimo esfuerzo y el cansancio la mantiene postrada casi todo el día en el sillón. Pero todo cambia, de repente, cuando sufre un accidente doméstico, motivo por el que su casero, Mike, decide que ha llegado el momento de ingresarla en la residencia Seis Cedros, cumpliendo y haciendo efectivo el que fue, al parecer, un pacto que ella misma acordó con su pareja, pero que no recuerda, de tener un retiro plácido en plena naturaleza. Le explica a la aturdida Penny que no la traslada a una residencia para la tercera edad, sino a una residencia de cuidados a largo plazo —pronto entenderemos, primero para bien, luego para mal, la diferencia entre ambos conceptos—.

La mujer llega reticente a su nuevo hogar, donde la reciben con atenciones abrumadoras tanto la propietaria, Shelley, como el joven enfermero Jack. A partir de aquí comienza literalmente la dispersión que anuncia el título, pero no solo de la mente de la protagonista, que tendrá lapsus que no sabremos si son propios de un deterioro cognitivo o consecuencia de alguna suerte de complot humano o, incluso, amenaza sobrenatural; también la narrativa de Reid padecerá esa dispersión, de manera que el autor nos arrojará un puñado de temas en alegoría, saltando de unos a otros sin cerrarlos del todo, volviendo a ellos, haciéndolos desaparecer, como el mago tramposo que es.

Nos lanzará, explícitamente, una denuncia de la invisibilidad de los ancianos en nuestra sociedad. A Reid, que es un manipulador emocional nato, no se le puede quitar el mérito de ser también muy sugestivo a la hora de exponer la psicología de la persona añosa que, olvidada del mundo, experimenta un desánimo, una apatía, un abandonarse paulatino que es lo más parecido a dejarse morir en vida. Después se irán solapando otros temas. Uno interesante, nada mal desarrollado, es la legitimidad o no de entregar tus libertades individuales a cambio de una vida segura, confortable y cómoda, una tesitura en la que Penny, de fuerte carácter, se debate de principio a fin, consciente de que su vulnerabilidad y necesidad de afecto son aprovechadas por sus cuidadores para infantilizarla con no sabemos muy bien qué finalidades reales.

En algún momento hay un salto aquí a la crítica social de mayor escala de cómo el capitalismo nos uniformiza, nos aborrega hasta hacernos perder la creatividad y la identidad, en un proceso que, a la vez, fomenta obsesiones desquiciadas como la prolongación antinatural de la juventud; todo para mantenernos, el máximo tiempo posible, al mayor rendimiento en la cadena de producción. La historia pinta cada vez más siniestra, aunque dudamos de si serán solo ideas paranoicas de Penny. Es una novela extraña. Se lee de un tirón de forma compulsiva.

Y el final, como la anterior Estoy pensando en dejarlo, te deja con cara de póquer. Las maneras del terror de Reid mutilan toda esperanza para los seres humanos, pero nos quedamos con los destellos que la compasión deja en su narrativa; haberlos haylos y propician los mejores pasajes del libro.

Dispersión
Autor:

Iain Reid

Editorial:

Alianza Editorial

Año de publicación:

2023

Páginas:

240

Precio:

19,95 €