Una delegación «para hacer de nuestra vida una Lectio divina»
Desde hace unos meses funciona en la diócesis de Toledo un nuevo organismo, la Delegación de Espiritualidad, como una de las primeras decisiones de su nuevo obispo, monseñor Francisco Cerro
«Nuestro objetivo es que la espiritualidad sea el alma y la vida de esta diócesis, y que todos los fieles deseen vivir en Cristo», afirma Jesús Serrano, el sacerdote encargado de la Delegación de Espiritualidad de Toledo, una novedosa iniciativa que empezó a andar hace unos meses y ya ha conseguido una gran acogida no solo en la diócesis sino en otras partes del mundo.
El primer fruto de su trabajo es la Escuela diocesana de Oración, que todas las semanas emite desde la capilla de adoración perpetua de Toledo una catequesis del obispo, que se puede seguir a través del canal diocesano de televisión así como en YouTube o Facebook. En cada una de ellas el obispo comenta algunos números de la cuarta parte del Catecismo, la dedicada a la oración, y después de su intervención sigue un momento de música y un testimonio de impacto. «A la gente le está encantando. Tenemos a 400 personas inscritas pero hay más gente que nos sigue desde otras zonas de España, Perú, Bolivia o Miami. Estamos releyendo el Catecismo con ganas, la verdad», señala Serrano.
Un segundo eje de su actividad es el ofrecer un acompañamiento personal a aquellos que busquen una ayuda en su vida de oración, «que es la la aventura más apasionante que podemos emprender».
Y un tercer eje es el de coordinar todas las casas de espiritualidad diocesanas y religiosas, para lo que han realizado una guía que ofrecen como orientación tanto a personas individuales como a grupos.
Junto a ello, la Delegación graba en YouTube el Evangelio del día con un comentario que hasta ahora han realizado cinco obispos y casi 200 sacerdotes, a los que a partir de esta semana se van a sumar algunos laicos. «Es algo que está llegando a mucha gente y que nos sirve para enriquecernos unos a otros, y que sea la Palabra la que nos una. Es un modo de volver a la Palabra de Dios para hacer de nuestra vida una Lectio divina».
En el horizonte está la apertura el año que viene de un centro de escucha San Camilo que continúe el trabajo que se empezó en Toledo durante el confinamiento y que sigue durante la pandemia: un teléfono que ofrece orientación a quienes se encuentren solos o en cualquier problema. «Desde aquí se les dirige a un sacerdote o a un psicólogo para atenderles, siempre de manera confidencial y gratuita –confirma Jesús Serrano–. Es impresionante la cantidad de gente que necesita sentirse escuchada».