Un tiempo con aroma - Alfa y Omega

Carlo Acutis: nunca había escuchado su nombre ni conocía su biografía, tan breve. Así que me puse a investigar, y me llamó la atención una frase que pronuncia en un vídeo que hay en YouTube, en la que dice: «Estoy destinado a morirme». Dicha sin dramatismo, como quien alza la vista y comenta que va a llover, viendo apretadas las nubes. Esta frase se me olvidó después y no he vuelto a recordarla hasta ahora, cuando releo a Byung-Chul Han, su librito sobre el tiempo.

El filósofo sostiene en este ensayo que una vida breve puede alcanzar el ideal de una vida consumada. Lo que me he recordado la historia de Carlo, aquella frase despreocupada. Porque lo tengo claro, Carlo demuestra que no es la cantidad de años lo que hace una vida sea más provechosa o menos absurda: hay vidas muy cortas pero henchidas de significado y vidas a las que la muerte sorprende por muchos años que duren. Estoy pensando en el actor Takashi Fujiki, que puso fin a su vida a los 80 años. Es una vida más larga que la de Carlo, con más duración, pero en su caso la muerte no culmina una historia con sentido. Su final es algo aparatoso, la trampilla por la que se escapa de una duración vacía, sin hilo narrativo.

Suicido aparte, el hombre de nuestro siglo muere siempre a destiempo, sostiene Chul Han. Es así porque se privilegia la vida biológica y se olvida de la del espíritu. Cuando la vida biológica se convierte en el único bien, el más preciado, se hace necesario alargarla como sea, conservarla a toda costa. Da lo mismo a qué edad: la muerte irrumpe entonces con violencia, es lo que interrumpe nuestra respiración.

La muerte no era para Carlo Acutis interrupción sino continuidad. Su tiempo incluía la conclusión. «Estoy destinado a morirme», dijo sin saber que su frase me habitaría. Es lo que distingue la vida del santo: que la muerte entra en sus planes y que el tiempo, lejos de ser un bien en sí mismo, es vivido como la oportunidad de un encuentro. A pesar de llegar a una edad prematura, la muerte de Carlo fue una muerte acontecida en el momento justo. A tiempo. Un tiempo suficiente. 16 años, el tiempo de Carlo. Un tiempo con aroma.