Un TAC descarta complicaciones en el estado de salud de Francisco

Este sábado el Papa Francisco tenía varios compromisos en su agenda que ha tenido que suspender. El más importante era su encuentro con Umaro Sissoco Embaló, presidente de la República de Guinea Bissau, previsto para las diez de la mañana. Media hora antes, la Oficina de Prensa de la Santa Sede hacía saber que el Pontífice anulaba sus citas de trabajo para esta jornada a causa de un «ligero estado gripal».

Como medida de precaución, y dado que hace menos de un año Francisco estuvo hospitalizado durante varios días por una complicación pulmonar, el Papa ha sido trasladado al hospital Gemelli para ser sometido a varias pruebas que se realizan habitualmente con el fin de descartar que la gripe pueda convertirse en una neumonía, afección bastante común entre las personas ancianas y que se puede complicar peligrosamente en pocas horas. De nuevo, a primera hora de la tarde, la Santa Sede ha comunicado que el Papa ha regresado a Casa Santa Marta puesto que el TAC que se le ha practicado no ofrece ningún resultado preocupante.

Viaje a Dubái

Este viernes, Francisco cumplió con todos los eventos previstos en agenda sin que nada hiciera pensar que comenzaba a incubar una gripe. Hace unos días sí que fue él mismo quien aseguró en una audiencia a la Conferencia de Rabinos Europeos que no se encontraba bien de salud y no pronunció su discurso preparado. La Santa Sede informó entonces de que el Papa tenía un resfriado, aunque esa misma tarde no quiso faltar a su cita con 7.000 niños de todo el mundo en el Aula Pablo VI.

La recuperación del Papa durante estos días se torna fundamental puesto que el próximo viernes 1 de diciembre viaja a Dubái para participar en la COP28. Precisamente este sábado el Vaticano ha enviado el programa actualizado del viaje en el que el Papa tan solo pronunciará un discurso. Francisco mantendrá varios encuentros bilaterales en privado donde es presumible que no solo aborde la cuestión climática, sino también la paz en Oriente Medio. No está previsto que haya ninguna ceremonia religiosa o encuentro con la comunidad católica del país que, como es habitual en los Emiratos Árabes Unidos, suele estar conformada por trabajadores expatriados y extranjeros.