Un modo de vivir la «verdadera revolución femenina» - Alfa y Omega

Un modo de vivir la «verdadera revolución femenina»

«No cambiaría a ninguno de mis hijos por tener una mejor vida profesional», afirma una de las seis protagonistas de Madre no hay más que una

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Isa con sus hijos camino de las clases. Foto cedida por Isabel Pardinas.

«La maternidad es lo único que nos hace distintas. No sé por qué las mujeres deberíamos renunciar a algo tan especial», dice Isabel Pardinas, una de las seis protagonistas de Madre no hay más que una, la película sobre la maternidad que dirige Jesús García y que se estrena el viernes 20 de octubre en toda España.

Son seis historias de seis mujeres que han apostado por la maternidad, como madres de familia numerosa, de niños con alguna discapacidad, de bebés fallecidos antes de nacer o de niños cuyo embarazo fue de riesgo. Isa es madre de seis hijos, el último de ellos nacido con labio leporino y con varias operaciones ya en sus dos años de vida.

Ayuda a los mayores con los deberes al llegar del colegio. A la derecha, el cuento antes de dormir con los más pequeños. Fotos cedidas por Isabel Pardinas.

En la actualidad, Isa trabaja cuatro horas al día como secretaria de Administración en el Hospital Universitario de Torrejón. «Yo vengo de un mundo profesional muy bueno, pero poco a poco, con la llegada de los hijos, fui entendiendo que lo que me hace feliz es lo que tengo dentro de casa», afirma. En este sentido, «el mundo vende que una mujer tiene que realizarse en el trabajo y que todo lo demás es secundario y le roba su felicidad, pero es al revés». Hoy, doce años después de haber tenido a su primera hija, asegura que «yo no sabía hasta qué punto ser madre me iba a llenar tanto, pero también hay días en que a mis hijos los regalaría», bromea. Con todo, «no cambiaría a ninguno de ellos por una mejor vida profesional». Isa sostiene que este modo de vivir es «la verdadera revolución femenina y el auténtico empoderamiento de la mujer».

¿Cómo comenzó todo? Responde entre risas que «a mí me dieron a Fosi, mi marido, a medio hornear» y hoy se ha convertido «es un hombre increíble que sabe llevar el timón de esta familia». Coincide con su esposa en que «tiene el corazón y la cabeza en casa, por lo que ha renunciado a tener un estatus profesional más alto por este motivo».

El «momento de unión» al final del día con Fosi. Foto cedida por Isabel Pardinas.

En cuanto salen de su entorno «la gente nos dice de todo; es un choque brutal con lo que se suele ver en la calle». Por el contrario, también se ha encontrado mujeres «que me reconocen que a ellas les habría gustado haber tenido más hijos y por lo que sea no lo han hecho». Ambos deshacen el mito de que para tener hijos hace falta tener mucho dinero. «Depende de tus prioridades en la vida —dice la matriarca del clan—. Nosotros, salvo los dos últimos años y porque nos han prestado una casa, siempre hemos veraneado en el hogar. Vivimos con pocos caprichos. Mis hijos están acostumbrados a compartir y eso es muy educativo».

Su día a día comienza por la mañana dando el desayuno a los niños y dejándolos en el colegio, para luego dedicarse a su trabajo. Por la tarde se le va el tiempo entre meriendas, deberes y cenas. «El último momento del día es para Fosi y para mí. Es un tiempo sin niños y sin móviles, juntos, delante de Dios». «Nadie en su lecho de muerte se arrepiente de haber ido a pocas reuniones o trabajado menos horas», afirma Isa, pero tal vez sí «de no haber vivido plenamente algo a lo que, naturalmente, estamos llamadas las mujeres».

«No son marcianas»

«La vida de una madre de familia numerosa, y la maternidad en general, es algo muy denostado en esta sociedad y es necesario darle visibilidad», afirma Jesús García, fundador de la productora Gospa Arts y director de Madre no hay más que una. «Mi idea era hacer también un homenaje a la madre por encima de todas, que es la Virgen María», añade.

Para García, estas mujeres «no son marcianas», sino «muy normales» y demuestran que se puede criar hijos «y tener al mismo tiempo tu dimensión profesional, no sin complicaciones». Eso le ha permitido «desmontar el cliché de que hay que retrasar la maternidad para realizarse, algo que no es verdad y que se refleja en el rostro de estas madres».