El ciclón Mocha se cobra decenas de víctimas en Myanmar
Esta emergencia climática también ha tenido impacto en Cox’s Bazar, Bangladés, donde se refugian casi un millón de rohinyás
Myanmar ha tenido que sumar al grave conflicto vive desde hace años los efectos del ciclón Mocha que, según la Agencia Fides, ha dejado al menos 40 víctimas en los últimos días. Según algunas autoridades locales, esta cifra podría incluso suplicarse.
La ciudad de Sittwe, en el oeste, ha sido el lugar más golpeado. Allí, los vientos de más de 200 kilómetros por hora han derribado casas, campos y hasta una iglesia católica, la del Sagrado Corazón.
Según la organización World Visión, que está sobre el terreno, hay niños y niñas que corren el riesgo de tener que desplazarse a otros lugares, de contraer enfermedades, sufrir malnutrición o ser captados para el tráfico de personas. «El impacto está siendo devastador y mayor de lo esperado», afirma Moe Thu, director de Emergencia de esta entidad en Myanmar a través de un comunicado.
El fenómeno también se ha dejado notar en Cox’s Bazar, justo al otro lado de la frontera, en Bangladés, donde se refugian cerca de un millón de rohinyás —el 50 % son menores—, que huyeron de la violencia en Myanmar. «Nos preocupa que la inminente temporada de monzones y la amenaza de transmisión de la COVID-19 puedan empeorar la situación en los campamentos superpoblados, haciendo que el agua, el refugio y la protección sean aún más críticos», explica Eloisa Molina, directora de Comunicación de World Vision.
Sin estatuto de refugiado reconocido en Bangladés ni ciudadanía lega, según apuntan desde esta organización, los rohinyás son más vulnerables a la vulneración de sus derechos ante tormentas mortales y otras emergencias climáticas.