Un asunto de Estado - Alfa y Omega

En estos días los colegios mayores universitarios se han convertido en asunto de Estado. El mismo presidente del Gobierno reaccionó en redes sociales ante el episodio de improperios que unos colegiales habían dirigido a sus vecinas universitarias de enfrente. Mucho se ha escrito ya sobre el abominable suceso que solo merece calificativos subrayados de repudia y condena. Pero ello ha sido aprovechado por unos cuantos, no para cuestionar el concreto y lamentable incidente, sino para poner en entredicho los propios colegios mayores, la tradición, la configuración y los valores que representan.

Los colegios mayores en España son instituciones nacidas en el siglo XIV con el objeto de promover una formación universitaria para aquellos estudiantes que carecían de los recursos económicos necesarios, a través de un sistema de beneficencia o de lo que hoy denominamos becas de estudios. Tanto entonces como ahora no se limitan a ser espacios residenciales, sino que llevan a cabo un acompañamiento y una formación educativa integral del grupo de colegiales seleccionados, entre otros, por sus expedientes académicos. Este fue el ejemplo de uno de los primeros, el Colegio de España en Bolonia, fundado en 1364 por el cardenal Gil de Albornoz y seguidamente replicado en nuestro país por el Colegio Mayor de San Bartolomé, en Salamanca; el Colegio de Santa Cruz, en Valladolid, o el Colegio de San Ildefonso, en Alcalá de Henares, entre otros.

Pese a su reputada trayectoria histórica, avalada por infinidad de colegiales ilustres, y a su extraordinaria labor educativa, están siendo sometidos a un cuestionamiento y a una enmienda a la totalidad, como ocurre con otras instituciones tradicionales, como la Corona o el Ejército. Por ello, tienen la responsabilidad de ser especialmente ejemplares en el desarrollo de sus actividades, evitando vivir de espaldas a la sociedad». Seguirán siendo un referente de excelencia y calidad en el ecosistema universitario en la medida que demuestren que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, inspirando valores de respeto, honorabilidad, integridad y compromiso con los grandes temas actuales. Estas instituciones y quienes las integran deben ser modelo para los demás: tienen la gran responsabilidad de su ejemplo.