Un año de revolución femenina iraní - Alfa y Omega

Un año de revolución femenina iraní

Mahsa Amini fue asesinada el 16 de septiembre de 2022. La Policía del régimen ha detenido al padre de la joven y vigila el cementerio donde está enterrada para evitar cualquier homenaje

Ángeles Conde Mir
Retrato de Mahsa Amini durante una manifestación frente a la embajada iraní en Bruselas el 23 de septiembre de 2022. Foto: AFP / Kenzo Tribouillard.

El 16 de septiembre de 2022 la llamada Policía de la moral iraní acabó con la vida de la joven kurda de 22 años Jina (Mahsa) Amini por haber cometido el delito de llevar mal puesto el velo islámico. Murió en custodia policial. Desde entonces, una enorme ola de protestas amenaza constantemente con ahogar al régimen iraní. La rebelión comenzó por las mujeres, cansadas de la falta de libertades y las imposiciones sobre su vida y su vestimenta, en concreto, las relacionadas con el velo o hiyab. Y desde ese día siguen rebelándose pese a que se arriesgan a una multa de entre 5.000 y 500.000 riales, (de 11 céntimos a unos 11 euros), o pena de prisión de entre diez días y dos meses, sin garantías de que vayan a salir vivas de la cárcel.

El desafío más peligroso para el régimen desde 1979

Para muchos, el levantamiento de las mujeres ha sido el desafío más peligroso al régimen de los ayatolás desde la revolución de 1979. Por eso, estos han actuado en consecuencia y la represión ha sido dura. Amnistía Internacional considera que en los primeros compases de las protestas fueron detenidas unas 16.000 personas. Unas 500 fueron asesinadas. «Las autoridades continuaron efectuando detenciones arbitrarias masivas hasta el final del año y sometieron a muchas personas a procesamientos injustos y juicios sin las debidas garantías», asegura la organización. Solo en los dos primeros meses de este año, estiman que Irán ha ejecutado al menos a 94 personas, buena parte relacionadas con las protestas. El número es notablemente superior al del mismo período otros años.

Una investigación internacional independiente

Tampoco es fácil precisar los números ya que, sin internet, no hay posibilidad de compartir información sobre posibles abusos. Lo denunciaba la ONU hace algunas semanas ante la proximidad del aniversario. «Estamos profundamente preocupados por los continuos informes sobre el uso deliberado e ilegal por parte de las fuerzas de seguridad iraníes de munición real, balines metálicos y perdigones contra manifestantes pacíficos y desarmados, en violación de los principios de legalidad, precaución, necesidad, no discriminación y proporcionalidad, aplicables al uso de la fuerza», afirmaba un grupo de expertos de las Naciones Unidas. Piden una investigación internacional independiente sobre la respuesta a las protestas pacíficas.

Más protestas y más represión

Este primer aniversario ha sido una jornada caliente en Irán. Las fuerzas de seguridad han disparado contra algunas personas que se manifestaban en Teherán. Algunos de los manifestantes fueron detenidos en la capital iraní, cerca de la Universidad de Teherán y de la plaza Azadi. La Policía también ha bloqueado el acceso a los cementerios donde están enterrados los manifestantes asesinados durante las manifestaciones del año pasado.

Su padre, detenido

Este sábado, Amjad Amini, el padre de Mahsa, fue detenido cuando salía de su casa en Saqqez, aunque fue liberado horas después y ahora permanece en arresto domiciliario. En los últimos días, a medida que se acercaba el aniversario, el hombre había sido puesto bajo vigilancia y se le había pedido que no conmemorase la memoria de Mahsa. La casa de la familia Amini en Saqqez está cercada desde ayer. Los comerciantes de la ciudad han cerrado sus tiendas en señal de protesta. Desde hace días se informa de una presencia masiva de fuerzas de seguridad en varias ciudades del país, especialmente en Teherán y el Kurdistán iraní, mientras que en varias ciudades se registran interrupciones en el acceso a internet para evitar posibles protestas. Incluso la tumba de Mahsa se vigila con cámaras de seguridad y agentes para impedir cualquier tipo de homenaje.