Último adiós al cardenal Tauran, que «dedicó su vida al servicio de la Iglesia» - Alfa y Omega

Último adiós al cardenal Tauran, que «dedicó su vida al servicio de la Iglesia»

El Papa Francisco cambió su agenda para participar en toda la celebración de las exequias por el fallecido presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en vez de acudir solo al final como estaba previsto

Redacción
Foto: CNS

El Papa Francisco se sumó este jueves, de forma imprevista, a las exequias por el cardenal Jean-Luis Tauran, cardenal camarlengo y presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso, fallecido el 5 de julio a los 75 años. Aunque en un principio solo estaba previsto que participara en los ritos finales, Francisco ha estado desde el principio en la celebración, presidida por el cardenal Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio.

Se trata de un gesto de aprecio del Santo Padre, que para estar presente en toda la celebración ha modificado su agenda veraniega. En su telegrama de pésame, el Papa ya describió al cardenal Tauran como «un hombre de profunda fe», que supo establecer con el islam «relaciones de confianza y estima» y «ha marcado profundamente la vida de la Iglesia universal».

Durante la homilía de la celebración, el cardenal Sodano ha recordado cómo durante mucho tiempo él mismo había sido testigo del gran espíritu apostólico del difunto cardenal a lo largo de toda una vida iluminada por las bienaventuranzas. «Dedicó su vida, como tantos, al servicio de la Santa Sede, de la Iglesia y últimamente al diálogo con todos los hombres de buena voluntad», ha afirmado.

En esta labor, «siguió la línea trazada por el Concilio Vaticano II» con empeño para «ser hermanos y, por tanto, llamados a una sola y evidente vocación humana y divina», trabajando juntos «sin violencia ni engaño» en la construcción «de un mundo en paz verdadera». Al término de las exequias, el Santo Padre ha presidido el rito de la ultima commendatio y de la valedictio.

Los restos del Cardenal Jean-Louis Tauran descansan ahora en la basílica menor romana de San Apolinar en las Termas Neronianas-Alejandrinas, de la que era titular. Con su fallecimiento, el colegio cardenalicio queda ahora formado por 225 purpurados, de los cuales 124 son electores y 101 no electores.