Trump emplea el dinero para emergencias en construir centros de detención de migrantes
«Nuestra fe nos enseña a ayudar a todos los necesitados, no a unos pocos. Negar fondos a organizaciones sin fines de lucro agrava los traumas», ha afirmado Erol Kekic, de Church World Service
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) es una agencia estadounidense encargada de actuar ante los desastres y necesidades urgentes como terremotos, huracanas o inundaciones. Sin embargo, el presidente Donald Trump ha anunciado recientemente el lanzamiento del Programa de Subvenciones para Apoyo a la Detención por el que, a partir de ahora, el dinero previsto para esas emergencias climáticas se utilizará para construir más centros de detención de migrantes por todo el país.
Ante este anuncio, la organización Church World Service (CWS) ha mostrado su preocupación asegurando que, de aplicarse, esta norma «perjudicaría a los supervivientes de los desastres e impediría que las organizaciones humanitarias accedan a los fondos de la FEMA». En este sentido, Erol Kekic, director de estrategia del CWS, ha declarado que «esta política carece de sentido común y compasión, y debe revertirse de inmediato».
Dotado con más de 600 millones de dólares, esta nueva disposición alude que «proporcionará asistencia financiera mediante subvenciones a entidades no federales para albergar a extranjeros en un centro de detención hasta su traslado». Por su parte, el CWS ha criticado duramente la medida en un comunicado calificándola de «traición a los ideales estadounidenses», y exigiendo su revocación.
«Nuestra fe nos enseña a ayudar a todos los necesitados, no a unos pocos. Negar fondos a organizaciones sin fines de lucro dedicadas a ayudar a los supervivientes de desastres no solo agravará el trauma que experimentan los afectados, sino que también socavará la eficacia de la respuesta general», ha explicado Kekic. El aniversario del histórico huracán Katrina, el pasado 29 de agosto, «nos recuerda que debemos apoyar a todos los miembros de las comunidades afectadas por los desastres en sus momentos de necesidad».
Unos recortes con consecuencias
No es la primera vez que Trump decide terminar con la financiación estatal a programas de ayuda a emergencias, de los que depende tanta gente. El mes pasado, una coalición de 20 fiscales estadounidenses demandaron al Gobierno por poner fin al programa Construcción de Infraestructura y Comunidades Resilientes, que dedicaba miles de millones de dólares en la prevención de desastres y mitigación de sus daños.
Según ha informado la agencia EFE, la demanda advierte de que no contar con los recursos asignados por este programa «ha sido devastador para los estados, ya que se ven obligados a retrasar, reducir o cancelar cientos de proyectos que dependen de estos fondos».
Mientras que la Casa Blanca asegura que estos recortes a FEMA suponen «una mayor responsabilidad a los estados», la demanda de estos jueces llega poco después de que unas devastadoras lluvias azotaran Texas, provocando más de un centenar de fallecidos y desaparecidos. Los condados afectados tuvieron serias dificultades para financiar las alertas de inundación. Por eso, los fiscales recuerdan que con esta medida «se pone en peligro la seguridad pública y se obstaculiza el trabajo humanitario».