Tras las huellas de la Cruz

El nuncio de su Santidad en España, monseñor Fratini, ha clausurado, en el monasterio cántabro de Santo Toribio de Liébana, la conmemoración que ha servido para celebrar, desde el pasado abril, los 500 años de la concesión de la Bula del Papa Julio II aprobando la celebración de Años Jubilares en este templo que alberga, desde el siglo VIII, la reliquia del Lignum Crucis que se ve en la foto: el mayor fragmento de la Cruz de Cristo que se conserva en el mundo. El Nuncio apostólico señaló tres aspectos que acompañan a la Cruz: la prueba y manifestación misericordiosa de Dios a los hombres; el signo que preside el itinerario de quienes le siguen; y el medio que nos hace crecer en la caridad. El obispo de Santander, monseñor Jiménez Zamora, aseguró que los Años Jubilares constituyen un extraordinario tiempo de gracia y de renovación.