Tensiones y cismas - Alfa y Omega

A León XIV le eligieron, entre otras muchas cualidades, por su capacidad de tender puentes y coser las divisiones en una Iglesia polarizada. Ese es uno de sus grandes desafíos. El pasado domingo, en la Misa del Jubileo de los Equipos Sinodales y Organismos de Participación, el Papa reconoció que hay «tensiones que atraviesan la vida de la Iglesia»; tensiones entre «unidad y diversidad, tradición y novedad, autoridad y participación». Y pidió «dejar al Espíritu que las transforme para que no se conviertan en contraposiciones». Un tema de los que genera controversia es la cuestión LGTB. En su entrevista a Elise Ann Allen para la biografía suya que ha escrito, León XIV asegura que la Iglesia católica tiene hacia todos una actitud de acogida pero sin modificar la doctrina. El Papa está abordando las tensiones con acogimiento, comprensión, comunión, pero también con claridad en el mensaje doctrinal. Tiende puentes también en favor del ecumenismo. Su oración en la Capilla Sixtina junto a Carlos III de Inglaterra, máxima autoridad de la Iglesia anglicana, es una imagen inédita desde la Reforma del siglo XVI. Se produce solo una semana después de que se haya oficializado el cisma en el anglicanismo. La Global Anglican Future Conference, que aglutina al 80 % de los fieles anglicanos de todo el mundo, ha declarado que no reconoce a la nueva arzobispa de Canterbury y se separan del marco de comunión. No es solo por el episcopado femenino. Señalan que «no le es lícito a la Iglesia ordenar nada que sea contrario a la Palabra de Dios» y sentencian que «la Iglesia no puede bendecir ni afirmar lo que Dios ha condenado». Todo un aviso de lo que genera poner las corrientes morales del momento al nivel de las Escrituras y la Tradición. León XIV reitera, ante las tensiones, que «la enseñanza de la Iglesia continuará como está».

Misa del Jubileo de los Equipos Sinodales y Organismos de Participación