Cardenal electo de Hong Kong: «No damos por sentada la libertad»

Hace menos de un mes, durante la Misa del 3 de septiembre en Mongolia, el Papa Francisco aprovechó la presencia del cardenal John Tong Hon, obispo emérito de Hong Kong, y de Stephen Chow Sau-yan, su sucesor, para lanzar un mensaje de ánimo a los católicos chinos. «Que nos llamara al altar fue una sorpresa total, pero es “un Papa de sorpresas”», recuerda Chow. «Su mensaje a los católicos chinos muestra lo profundamente que ama a China. No hay duda de su amor por este pueblo y por los católicos».

El arzobispo cree que en la petición del Pontífice de que los católicos chinos sean «buenos cristianos y buenos ciudadanos» había un mensaje para el Gobierno: «Adorar a Dios no significa ignorar las leyes del país o sus necesidades». Asimismo, «la Iglesia no tiene una agenda política porque todo lo que quiere es difundir el Evangelio del amor, la paz, el diálogo y la escucha». Por ello, señala que «es esencial el respeto» y la confianza de las autoridades hacia los ciudadanos cristianos; que «los protejan como individuos, que escuchen sus necesidades y les permitan libertad para practicar su fe. El respeto bilateral ayuda a crear confianza y, en último término, a la mejora del país y de la vida religiosa».

El obispo de Hong Kong explica que unos 100 católicos de la China continental viajaron a Mongolia para mostrar su cariño al Santo Padre, sabiendo que desea visitarlos pero no puede hacerlo. «Creo que es algo bonito: cuando el Papa no puede venir, vamos nosotros a él».

—También fue una sorpresa, un par de meses antes, la noticia de que sería creado cardenal el 30 de septiembre.

—Me informó un amigo el 9 de julio. En ese momento me lo tomé con incredulidad y pensé que me había mandado el mensaje por error. Creo que este nombramiento fortalecerá el papel de la Iglesia católica de Hong Kong como una Iglesia que actúe como puente para promover el intercambio y la interacción entre la China continental y la Iglesia universal. Es una contribución significativa a la Iglesia en su conjunto. Pero yo continuaré con mi compromiso y servicio como obispo de Hong Kong. Y la diócesis también seguirá comprometida con la labor pastoral a favor de los fieles y con nuestra misión local en el ámbito de la educación y los servicios sociales.

—Dentro de esa vocación de hacer de enlace con la China continental jugó un papel significativo su visita a Pekín el pasado abril. Sobre todo teniendo en cuenta que ocurrió poco después de que se nombrara unilateralmente a un obispo y que su anfitrión, el arzobispo Joseph Li Shan, está al frente de la Asociación Patriótica de los Católicos Chinos.

—Me alegró visitar Pekín y agradecí la experiencia. Todo el mundo actuó de buena fe y con una generosa hospitalidad. Tanto nosotros como la diócesis de Pekín y aquellos con quienes nos encontramos teníamos en el corazón fe, esperanza y caridad. Esperamos ilusionados que pueda haber más intercambios. Creo en seguir avanzando en este viaje.

En mayo de 2022, tras la detención del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de la ciudad, Chow aseguró a Alfa y Omega que «hasta ahora no hemos encontrado que la libertad religiosa se esté viendo afectada» por la Ley de Seguridad Nacional de 2020. En noviembre pasado Zen fue condenado a una multa de 492 euros por no haber registrado ante las autoridades un fondo de defensa legal para los manifestantes antigubernamentales de 2019. Su sucesor al frente de la diócesis de Hong Kong apunta ahora a este semanario que «no damos por sentada la libertad religiosa» en la región. Al tiempo, asegura que «seguiremos rezando por la Iglesia y los fieles de China».

—El cardenal Zen, por otro lado, no ha dejado de alzar la voz contra el acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno de China para el nombramiento de obispos.

—Él tiene su propia postura sobre el acuerdo. Las relaciones entre el Vaticano y China son una cuestión de relaciones diplomáticas entre dos estados soberanos. La China continental ha establecido comunicación con el Vaticano sobre asuntos de Estado.