Sínodo: la Iglesia en Oriente Medio quiere aportar «unidad y esperanza»
Norteamérica y América Latina están ya trabajando en asambleas continentales más prolongadas, mientras Asia y África se reunirán esta semana y la próxima
En medio de los desafíos a los que se enfrenta Oriente Medio, la Iglesia quiere ser un elemento de unidad y «esperanza en el sufrimiento». Es una de las conclusiones de la asamblea de Oriente Medio dentro de la fase continental del Sínodo, que concluyó el viernes pasado en Harissa (Beirut, Líbano). La Iglesia en la región busca ser «tan humilde como el grano de mostaza, llamada a crecer y expandirse en medio del desafío de la supervivencia y del rechazo a la emigración».
El comunicado final aludía a las «circunstancias difíciles» de la región. Aunque no se citaran, incluyen la guerra en Siria y otros conflictos, la crisis política y económica en el Líbano, la persecución religiosa o la falta de perspectivas de futuro para la población cristiana. En el «corazón de este calvario», la Iglesia quiere «desafiar la realidad impuesta». Sí se mencionaron en particular las consecuencias del terremoto en Turquía y Siria. Por sus víctimas «se elevaron oraciones diarias».
Una particularidad de la Iglesia en Oriente Medio es su diversidad de ritos, casi todos orientales, en un contexto en el que también están presentes numerosas confesiones cristianas no católicas y otras religiones. Esto implica, por un lado, que «la sinodalidad es un valor central del patrimonio de nuestras iglesias».
Pero también apunta a la importancia de trabajar para alcanzar la «unidad en la diversidad a través de la unidad en la comunión y la misión y el testimonio». En este sentido, la asamblea llamó a «un ecumenismo creativo y renovado y a un diálogo ecuménico estimulante». Y, más en general, a ser una Iglesia «de apertura a otros que son diferentes eclesiástica y religiosamente» mediante la «escucha, el diálogo, estar juntos, vivir juntos, la cooperación y el respeto mutuo, para mostrar el rostro del Dios uno».
Laicos, jóvenes y mujeres
Durante los cinco días del encuentro regional para Oriente Medio se subrayó la necesidad de la «presencia de laicos y sus talentos al servicio del cuerpo de Cristo». En particular, se incidió en «el papel de los jóvenes». «Sus capacidades y expectativas de una Iglesia renovada reflejan los desafíos a los que se enfrentan». En este sentido, se escuchó una «llamada a una renovación litúrgica compatible con las aspiraciones de nuestros jóvenes, preservando su esencia y símbolos», sin olvidar que «la liturgia es nuestra vida».
Otro grupo a cuyo papel y misión hay que dar más importancia son las mujeres, por ejemplo mediante su «participación en la toma de decisiones y en el servicio». En relación con esto, una de las propuestas es la puesta en marcha de departamentos de pastoral «especializados en tratar con las familias, las mujeres y los jóvenes».
De hecho, en general se vio que una «Iglesia más sinodal» necesita, además de vivir así en su misión y testimonio, «estructuras renovadas». Dentro de ellas, se propuso además el manejo de «los medios y la cultura digital» como un instrumento de «comunicación efectiva» para «difundir el mensaje de forma más comprensible». El encuentro concluyó con una invitación a que cada Iglesia se siga preguntando «cómo puede ser más sinodal a la luz» de estas conclusiones.
Norteamérica: cambiar estructuras
Un día antes, el jueves 16 de febrero, concluyó el retiro del equipo de redacción de la asamblea continental de Norteamérica —Estados Unidos y Canadá—. En él se recogieron en un borrador las aportaciones de las diez reuniones virtuales que se han tenido entre diciembre de 2022 y enero de 2023. El equipo lo formaban ocho obispos, tres mujeres laicas, dos sacerdotes, dos laicos y dos religiosas.
Seguirán trabajando en el borrador durante las seis semanas que quedan hasta el final de la fase continental, fijado para el 31 de marzo. Durante el encuentro se subrayó que se trataba del primer proyecto a largo plazo que emprendían juntas las iglesias de ambos países.
Uno de los temas que se abordaron, informa Vatican News, fue el proceso sinodal en sí y la necesidad de entender qué implicaciones tendrá en el futuro en lo que respecta a las estructuras eclesiales y la formación. En la Misa de clausura, Richard Gagnon, arzobispo de Winnipeg (Canadá), se preguntó si «puede haber sinodalidad sin experiencia de desorden y preocupación». Con todo, «estamos llamados a confiar en el Señor. Sabe lo que hace y de alguna forma el Espíritu Santo está trabajando en este proceso».
Oceanía: cuidado de la creación
En lo que va de febrero se ha celebrado también, en las isas Fiji, la de Oceanía. Su declaración final, dada a conocer el 10 de febrero —aún no se ha hecho público el documento completo— señalaba tres temas clave: la transformación en una Iglesia más sinodal, la formación para la misión y el cuidado de los océanos.
En la homilía de la Misa de clausura, Peter Brown, obispo de Samoa-Pago Pago, recordó cómo durante el encuentro se habían escuchado historias de personas cuya vida y cuyas tierras se están viendo amenazadas por la subida del nivel del mar. Esto debería impulsarlos a trabajar para «ayudar a la gente a tener un lugar en el que estar».
Por ello, exhortó a los demás obispos a reflexionar sobre su lugar en la Iglesia. «Es difícil ignorar que somos parte» de los que tienen «poder, influencia y estatus. ¿Cómo podemos usar esta realidad para impulsar el cuidado por la creación?». Más en general, apuntó a que «volvemos a casa, espero, con un poco más de inquietud que cuando llegamos. Es buena señal. Esta inquietud es una puerta abierta para que el Señor trabaje a través de nosotros».
También la asamblea de América Latina y el Caribe está ya en curso. De las cuatro reuniones regionales en las que se ha organizado, se ha celebrado ya la de Centroamérica y México —del 13 al 17 de febrero en El Salvador— y esta semana se celebra la del Caribe, en República Dominicana. Ecuador acogerá la de la región bolivariana del 27 de febrero al 3 de marzo, y Brasil la del Cono Sur, del 6 al 10 de marzo. Además, este jueves comenzará en Bangkok (Tailandia) la asamblea continental de Asia, que se prolongará hasta el lunes 27 de febrero. La de África y Madagascar se celebrará en Adis Abeba (Etiopía), del 1 al 6 de marzo.