Siervas de Jesús: 150 años dando la vida por los enfermos… literalmente - Alfa y Omega

Siervas de Jesús: 150 años dando la vida por los enfermos… literalmente

La congregación fundada por santa María Josefa del Corazón de Jesús cumple siglo y medio «dando dulzura» a enfermos y necesitados, aun a riesgo de resultar contagiadas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Las Siervas de Jesús de la casa de Castellón. Foto: Obispado de Segorbe-Castellón

«En esta pandemia todos estamos preocupados por la evolución del virus y la incidencia que este pueda tener en nuestras vidas. Pero la verdad es que pandemias, virus y enfermedades han arrasado siempre nuestra historia. Las Siervas de Jesús estamos acostumbradas a movernos por este planeta enfermedad»: así lo afirma sor Itziar Elguea, biógrafa de santa María Josefa del Corazón de Jesús, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, que este año están celebrando los 150 años de su fundación.

Por este motivo, las religiosas han creado la web Al paso de Dios en colaboración con Católicos por tu Web, que ofrece un recorrido por la vida y obra de santa María Josefa. Durante doce paradas, un contenido multimedia basado en recursos audiovisuales y materiales gráficos permite acompañar a la santa a revivir su historia.

«Es una peregrinación virtual en doce etapas, desde su nacimiento en Vitoria hasta su canonización y la actualidad. Nos pareció una propuesta idónea para acercar nuestra vida a los que ya la conocen, pero también a personas que no la conozcan», afirma la hermana Blanca Alonso, responsable del proyecto.

Peste, cólera y COVID-19

Con más de 700 religiosas repartidas en 16 países de cuatro continentes, las Siervas de Jesús de la Caridad tienen como misión fundamental asistir y acoger a los enfermos y necesitados, «imitando la dulzura y predilección del Corazón de Cristo por ellos» y «aliviando el sufrimiento donde la exclusión y la pobreza destruyen vidas», señala Elguea.

En sus 150 años de vida, las Siervas de Jesús han hecho frente a las epidemias que han tenido lugar en España. «Hemos salido al encuentro de las llamadas de pueblos invadidos por el cólera, el tifus, la viruela, y cualquier otra pestilencia, y muchas hermanas han sido capaces de trabajar en el cuidado de los infecciosos hasta dar la vida», asegura.

Imagen de santa María Josefa en la catedral de la Almudena. Foto: José Luiz Bernardes Ribeiro

Estas últimas fueron jóvenes, ninguna con más de 40 años, y entre ellas se encuentran, por ejemplo, María Jesús Zabala, que murió en 1882 contagiada por los enfermos que asistía durante la peste de Bilbao; Providencia Recio, muerta en Miranda de Ebro al contagiarse de un enfermo de ébola al que asistía, o Dulce Nombre Mediavilla y Cristobalina Martínez, fallecidas por el mismo motivo en Castellón, cuando toda la comunidad echó a suertes quienes iban a asistir a los enfermos, ya que todas querían hacerlo.

En total son diez hermanas que para sor Itziar Elguea son auténticas «mártires de la caridad», que han hecho real y concreto «nuestro carisma de amor y sacrificio, y a hacer realidad las palabras de Jesús: “No hay amor más grande que dar la vida por quien se ama”».

Para Blanca Alonso, las Siervas de Jesús han vivido este tiempo de pandemia «con la misma actitud de antaño, con muchas hermanas en primera línea en nuestras residencias de ancianos. Hemos seguido atendiendo los enfermos en sus domicilios y en los hospitales, aun a riesgo de que algunas resultaron contagiadas», señala. Por ello concluye que «hemos vivido estos meses a fondo, con un corazón generoso que desea entregarse a los demás».