Sevilla acogerá en junio la beatificación de 27 mártires dominicos - Alfa y Omega

Sevilla acogerá en junio la beatificación de 27 mártires dominicos

Son un «modelo de amor, perdón y paz», destacan desde la Orden de Predicadores

José Calderero de Aldecoa
Los mártires dominicos que serán beatificados. Foto: Dominicos.

Sor Ascensión de San José pertenecía al monasterio de la Madre de Dios de Huéscar, que fue saqueado en los primero compases de la Guerra Civil española. La religiosa, como el resto de sus hermanas, tuvo que huir y se refugió en casa de una sobrina, pero fue apresada el 16 de febrero de 1937. Tenía 76 años. «Los perseguidores juzgaron suficiente delito el que llevara un crucifijo al cuello» y, una vez en los calabozo del Ayuntamiento de Huéscar, «se empeñaron en oírla blasfemar», destacan desde los dominicos. No lo consiguieron. Al contrario, «ella respondía con oraciones breves». Entonces, la apalearon y la dejaron tendida en el suelo sobre su propia sangre.

La dominica, sin embargo, no murió en la golpiza, por lo que la trasladaron hasta las puertas del cementerio municipal, donde la hicieron contemplar los fusilamientos de otros presos. Su sobrino Florencio entre ellos. A ella la remataron poniendo su cabeza sobre una pierda y machacándosela con otro canto. Recibió la corona del martirio en las primeras horas del 17 de febrero de 1937.

Su beatificación tendrá lugar el 18 de junio de 2022, a partir de las 11:00 horas, en la catedral de Sevilla. La celebración será presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien estará acompañado por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, y por el maestro general de la Orden de Predicadores, Gerard Timoner. Junto a sor Ascensión de San José serán beatificados 20 frailes del convento de la Asunción de Almagro, martirizados entre julio y agosto de 1936, y otros seis miembros de la Orden de Predicadores, detenidos, encarcelados y finalmente fusilados en Almería en 1936.

Perdón y persecución

Para fray Emilio García Álvarez, prior del convento Santo Tomás de Sevilla, la beatificación de sus hermanos, a los que «se les reconoce su ejemplaridad cristiana», no es un estímulo solo «para el resto de los miembros de la orden» sino «para cualquier cristiano». Son un «modelo de amor, perdón y paz».

En este sentido, destaca que el anuncio de la fecha de la beatificación haya tenido lugar durante el contexto bélico en el que actualmente se encuentra sumida Europa. «Hay un mensaje de paz implícito. Los mártires no son personas anónimas de cualquier época. Murieron en unas circunstancias muy concretas y eso tiene que suponer un argumento para discernir lo que ocurrió entonces y lo que ocurre en la actualidad», concluye García Álvarez.