Seis millones de familias en España no tienen ingresos suficientes para vivir con dignidad - Alfa y Omega

Seis millones de familias en España no tienen ingresos suficientes para vivir con dignidad

Los hogares más vulnerables dedican el 80 % de su presupuesto a vivienda y alimentación

Fran Otero
Cáritas
Presentación del nuevo informe de la Fundación FOESSA. Foto: Cáritas.

Tres de cada diez (31,5 %) hogares en nuestro país —seis millones de familias— no cuentan con ingresos suficientes para alcanzar unas condiciones de vida digna. Esta es la principal conclusión del informe El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo, presentado por FOESSA y Cáritas Española este jueves.

El trabajo incorpora un nuevo dato para medir la pobreza y la vulnerabilidad de un hogar, el Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas. «Es —ha explicado Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de la Fundación FOESSA— el presupuesto mínimo que necesita una familia para vivir con dignidad en un contexto concreto. Se adapta a las características específicas de cada tipo de hogar».

Por tanto, el indicador no mide solo el acceso a alimentación, sino también a otros bienes como la vivienda, los suministros o el equipamiento y a gastos educativos, sanitarios y de ocio, entre otros. Así, a modo de ejemplo, una pareja con dos hijos mayores de 13 años necesitaría 2.900 euros en Madrid y 2.400 euros en Orense. Mientras que una familia monoparental con dos hijos de entre 3 y 12 años debería ingresar 2.200 en San Sebastián y 1.300 en Ciudad Real.

El estudio también concluye que los hogares con mayores dificultades son aquellos que viven de alquiler, tienen niños en edad educativa, personas con discapacidad o situación de dependencia, deudas, ingresos inestables y desempleo de alguno de sus miembros.

A esta situación, que vienen sufriendo desde hace años muchas familias, se suma la inflación, que está impactando con mayor virulencia en los gastos esenciales como vivienda, alimentación y transporte. De hecho, las familias en peor situación —las que ingresan menos de 1.000 euros al mes— están obligados a dedicar casi el 70 % de esa cantidad exclusivamente a vivienda y alimentación, un porcentaje que crecerá hasta el 80 % a final de año. «Cada vez cuesta más llenar la nevera y pagar los recibos. Este encarecimiento tiene consecuencias más graves para las familias con menos ingresos», ha explicado durante la presentación la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro.

Asimismo, Cáritas advierte de que las familias se están viendo obligadas a tomar decisiones drásticas sobre sus gastos que afectan incluso a bienes básicos. Siete de cada diez hogares vulnerables han reducido sus gastos en ropa y calzado, mientras que casi la mitad lo ha hecho en alimentación. El 25 % no puede llevar la dieta especial que necesita por cuestiones médicas y el 18 % (500.000 familias) ha dejado de usar el comedor escolar por no poder costearlo. La inflación también está afectando al consumo de electricidad y gasa, así como a la compra de accesorios sociosanitarios —gafas, audífonos, prótesis…— y medicamentos.

«Las estrategias no son inocuas en la vida de las personas y familias que las tienen que activar. No son decisiones, sino imposiciones marcadas por la privación, estrategias de supervivencia con consecuencias negativas directas», ha concluido Ubrich.

Ante esta situación, la entidad eclesial reclama que las políticas públicas aborden la pobreza y la desigualdad desde dos perspectivas. Una urgente, que tiene que ver con rescatar a las familias que están sufriendo y la segunda, con el perfeccionamiento del sistema de protección social a largo plazo.