Segunda Misa de José Cobo como arzobispo: «Sed estrellas en medio de Vallecas» - Alfa y Omega

Segunda Misa de José Cobo como arzobispo: «Sed estrellas en medio de Vallecas»

Pablo Martín Ibáñez
Foto: Pablo Martín.

«Quería que mi segunda Misa fuera en una parroquia del centro. Porque Vallecas también es el centro de Madrid», explicó José Cobo al inicio de la Eucaristía en San Alberto Magno. Tras la primera celebración en una de las parroquias más pequeñas de la archidiócesis, el arzobispo de Madrid continúa sus gestos, esta vez en esta parroquia confiada al Opus Dei.

En Madrid los meses de julio y agosto la ciudad se vacía: desaparecen los atascos mañaneros, se viaja sentado en el Metro y las Misas de domingo disminuyen su afluencia. Pero San Alberto Magno fue una excepción. Vallecas, por un rato, se convirtió en el centro de la diócesis y de la ciudad. Una iglesia de barrio llena hasta la bandera para recibir a su arzobispo. Es imposible, decía Cobo, visitar todas las parroquias en una semana, pero sí se puede visitar algunas y, desde estas, unirse a toda la Iglesia de Madrid.

Este domingo, además, coincide con la celebración de la Virgen del Carmen. Y aunque prima la celebración del día del Señor, el arzobispo de Madrid quiso recordar a la Virgen María, a quienes los cristianos nos dirigimos «como una estrella», «la que nos ayuda en los momentos difíciles». Las estrellas brillan en medio de la oscuridad: «Así es María», recordó. En una sociedad en la que «andamos siempre muy enfadados, nos sentimos muy solos, hay mucha violencia… es una suerte que haya parroquias como esta, que nos recuerdan que hay vecinos cristianos que nos cuidan». Las parroquias, continuaba Cobo, son una suerte para todos, porque en ellas «cada domingo encontramos esa lucecita en medio de las oscuridades de la semana».

El Evangelio de este domingo hablaba de la parábola del sembrador: «Jesús sabe que Dios es un sembrador bueno, cuya semilla es buena. Todo lo que Él siembra en nosotros es muy bueno». Además, no es un sembrador «rácano», sino que siembra en todos los tipos de tierra, «sabe que siempre que siembra algo cae». A veces pensamos que los demás, los que no piensan como nosotros, no son tierra buena y que ahí no se puede sembrar. Pero Él no. Por eso «tenemos que estar atentos», y ser capaces de ver la siembra de Dios «en el barrio, entre quienes no creen, entre los que no van mucho a Misa».

«A veces nos desanimamos, pero tenemos que recordarnos unos a otros que la semilla es buena», recordó, y «preparar el terreno para que la semilla crezca con facilidad». Los cristianos, sobre todo, avisó José Cobo, tenemos que señalar a los demás dónde está Dios: «Sed estrellas en medio del barrio», pedía el prelado.

Al terminar la Eucaristía, uno de los feligreses agradeció en nombre de la comunidad la presencia del arzobispo: «Queremos agradecerle el detalle que ha tenido con nuestra parroquia y por darnos a sentir el cariño de nuestro obispo». A lo que Cobo respondió pidiendo oraciones, porque «en la Iglesia dependemos unos de otros y, sin vuestra oración, el obispo se caería».