Se retoma la búsqueda de los restos de Calderón de la Barca en la parroquia de los Dolores de Madrid - Alfa y Omega

Se retoma la búsqueda de los restos de Calderón de la Barca en la parroquia de los Dolores de Madrid

Fue sacerdote y miembro de la Congregación de San Pedro Apóstol de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid

Infomadrid
Foto: Pedro Sánchez Martín

¿Sabía que Pedro Calderón de la Barca fue sacerdote y que la encargada de la custodia de sus restos es una congregación sacerdotal que es de las más antiguas de Madrid?

Además de ser uno de los genios de la literatura universal fue sacerdote y miembro de la Congregación de San Pedro Apóstol de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid, que desde hace ya más de 400 años cuida a los sacerdotes pobres, enfermos y ancianos, y de la que él fue durante un tiempo su capellán mayor. Esta es la razón por la que la su figura se encuentra vinculada a la capilla de la Congregación de San Pedro, que, por cesión de esta, es también el templo de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores.

Calderón dejó escrito en su testamento que fuera la congregación la que gestionase el reparto de su herencia. La hizo heredera de una buena parte de la misma para que su legado material, intelectual y espiritual siguiera contribuyendo, tras su muerte, al cuidado de los sacerdotes más necesitados. En atención a esta realidad ha cuidado siempre su sepultura. En primer lugar, lo hizo con sus funerales tras su fallecimiento, el 25 de mayo de 1681, en la extinta parroquia del Salvador frente a la plaza de la Villa. Tras amenaza de ruina de esta iglesia, sus restos fueron trasladados a la sacramental de San Nicolás, el 12 de junio de 1840.

En el sexenio revolucionario (1868-1874), se decidió exhumar de nuevo su cadáver para ser enterrado en el fallido Panteón de Hombres Ilustres, para lo cual fue llevado a una de las capillas de San Francisco el Grande. La congregación decidió recoger sus restos y llevarlos a su capilla de entonces, en la calle Torrecilla del Leal, el 22 de abril de 1880. Tras la inauguración del nuevo hospital en la calle San Bernardo, 103, la congregación lo inhumó nuevamente, el 8 de noviembre de 1902, en la capilla de San Pedro, hoy también parroquia de Nuestra Señora de los Dolores. Fatídicamente, entre los días 20 y 21 de julio de 1936, milicianos quemaron el templo parroquial y desapareció la urna con los restos de Calderón de la Barca.

El único dato que permite soñar con que la búsqueda que se inicia este jueves, 17 de diciembre, es una breve noticia que refiere el que, muchos años después, fuera sucesor de Calderón, Vicente Mayor Gimeno. Lo hace en su libro Historia de la Venerable e Ilustre Congregación de San Pedro Apóstol. Señala que un sacerdote en el lecho de muerte le dijo que los restos de Calderón no estaban perdidos, sino que, para evitar su profanación, fueron recogidos y guardados en una de las paredes del templo de la calle San Bernardo.

La Congregación de San Pedro Apóstol de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid, subraya, seguirá cuidando su memoria y ejerciendo la tarea para la que fue creada: el cuidado de los sacerdotes en momentos de debilidad física y espiritual.