«Se ha reforzado el blindaje de las fronteras de la UE»
Un informe de la Fundación porCausa cuestiona el Nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo 16 meses después de su publicación: «Ha perpetuado el statu quo previo»
Han pasado ya 16 meses desde que la Comisión Europea publicara el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo. Un año y cuatro meses en los que se ha ido desarrollando con reglamentos, estrategias y planes que, según el informe publicado esta semana por la Fundación porCausa, sigue planteando una política basada en la seguridad y el control de las fronteras. «Se ha perpetuado el statu quo previo», denuncia. Poco se ha avanzado en materia de solidaridad entre países, en la gestión de la migración y el asilo, en la acogida y la integración, o en una narrativa que normalice la migración como «un fenómeno ineludible y necesario».
Según Ana González-Páramo, abogada, experta en asuntos públicos europeos y autora del citado informe, el desarrollo del pacto ha incidido fundamentalmente en «todo lo que supone control migratorio y fronterizo». Esto es, «todo lo que refuerza el blindaje de las fronteras exteriores, abrir el debate de financiación europea de muros o blanquear el rechazo violento de personas desesperadas por parte de algunos Estados miembro». También refiere la externalización del control migratorio a países de origen y tránsito, utilizando para ello políticas europeas y financiación para condicionarlos. Otra de las prioridades es la de los retornos.
Coincide Alberto Ares, director del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en Europa, que señala que en el ámbito de la política migratoria y de refugio europea «parece que el tiempo se ha detenido» en los últimos meses. «Las negociaciones apenas han avanzado, al igual que los derechos de los numerosos hombres, mujeres y niños que se ven obligados a huir de sus países y buscar refugio en Europa». Ares cita el caso de los migrantes bloqueados entre Polonia, Lituania y Letonia, por un lado, y Bielorrusia, por otro. «La respuesta de la UE ha sido gélida», añade.
Esta línea política explica que la Agencia Europa de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) se haya convertido en una agencia europea del retorno, con un papel importante en la gestión del regreso voluntario y en la de las devoluciones forzadas a los países de origen, o el Reglamento del Eurodac –sistema de comparación de huellas dactilares–, cuyo objetivo era facilitar la política de asilo pero que se ha convertido «en una herramienta para la vigilancia biométrica», denuncia porCausa. También el Reglamento de Control, por el que se podría detener previamente a la entrada en territorio de la UE a ciudadanos no europeos –en la frontera exterior o tras el desembarco–, o la Estrategia para el Espacio Schengen, también fundamentada en el blindaje de las fronteras.
El jesuita ve con buenos ojos el Plan de Acción sobre Integración e Inclusión, pues busca fomentar «la participación e inclusión en la sociedad europea de las personas de origen migrante», aunque constata que en la práctica «seguimos anteponiendo los intereses particulares, económicos, sobre la salvaguarda de los derechos fundamentales de las personas». Este documento también incorpora el enfoque de derechos o la dimensión de género, pero, según la abogada, «no es vinculante» y «es insuficiente para el reto que enfrenta».
Como asuntos pendientes, Ares pone encima de la mesa el establecimiento de vías seguras y legales para los refugiados, así como su acogida digna, además de la plena aplicación de la legislación europea en materia de asilo y el fin de la detención como herramienta de gestión de las migraciones. González-Páramo cree que habría que flexibilizar y abrir vías regulares y ordenadas de migración, y mejorar la movilidad dentro de la UE y la homologación de títulos y cualificación profesional. Ambos coinciden en la necesidad de promover narrativas positivas y reales sobre los migrantes.